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Seguir una dieta mediterránea rica en AOVE durante el embarazo reduce el riesgo de ingreso hospitalario de los nacidos durante sus dos primeros años de vida. Así lo ha constatado una investigación llevada a cabo por el Hospital Clínico San Carlos de Madrid. El estudio se ha publicado en la revista médica Journal of Clinical Medicine.
El equipo del Hospital San Carlos, liderado por el doctor Alfonso Calle Pascual, realizó un seguimiento de 703 niños cuyas madres participaron en el Estudio San Carlos de Prevención de la Diabetes Gestacional realizado entre 2017 y 2018. Al grupo de intervención se le recomendó una dieta suplementada en aceite de oliva virgen extra y pistachos, mientras que al grupo control se le indicó reducir la ingesta de todo tipo de grasas. El estudio reveló una reducción en los ingresos hospitalarios de los niños que requieren tratamiento con antibióticos y corticosteroides, y los ingresos relacionados con asma/bronquiolitis, en el caso de aquellos que siguieron la dieta mediterránea suplementada.
En el embarazo se producen cambios en el sistema inmunitario de la madre que afectan la función intestinal normal y la composición de la microbiota. “Estos cambios, que también podrían verse afectados por la dieta de la madre, podrían mejorar la salud a largo plazo de la madre y su descendencia. El aceite de oliva virgen extra, rico en componentes fenólicos, se asocia con un mejor perfil antiinflamatorio, inmunomodulador y de microbiota”, explica el doctor Calle Pascual.
Este es uno de los hallazgos secundarios obtenidos del Estudio San Carlos de Prevención de la Diabetes Gestacional que ya demostró que una dieta saludable rica en aceite de oliva virgen extra reduce el riesgo de desarrollar diabetes gestacional en un 30% y mejora la salud de los recién nacidos. El seguimiento proseguirá en los niños hasta que cumplan los cinco años, con expectativas de hallar un menor grado de enfermedades autoinmunes e inflamatorias.