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La borrasca Filomena ha provocado numerosos daños en los olivos de Castilla-La Mancha y Cataluña, como señalan la Unión de Uniones. La organización, tras realizar un primer balance de los daños sufridos a nivel estatal por parte de sus agricultores y ganaderos, pone en evidencia los problemas que la nieve y el fuerte viento ha ocasionado.
El olivar ha sufrido problemas serios, junto con otros cultivos leñosos, como frutos secos, tanto en Cataluña como en Castilla–La Mancha. La rotura de pies y el desgajado de ramas, pueden derivar en la pérdida de plantaciones casi enteras, además de las dificultades en las zonas afectadas de poder acabar las operaciones de recolección de aceituna.
Ahora mismo en la mayoria de las comunidades autonómas, la preocupación ahora está en las heladas que se van a durante los próximos días y durante la noche que podrían afectar a ciertos cultivos si se alcanzan temperaturas extremas o provocar mayores daños en naves e infraestructuras por las capas de hielo formadas en las cornisas.
“Es pronto aún para determinar el alcance general de los daños, pero para muchos agricultores sí que es una situación catastrófica” consideran desde Unión de Uniones. Por ello la organización insta a las administraciones a agilizar todo el proceso de evaluación de daños y empezar a pensar en medidas de apoyo. “El seguro agrario está ahí para compensar todo lo que está en su ámbito de aplicación, pero no deben descartarse otras ayudas que puedan ser necesarias” para reponer plantaciones o estructuras. La organización también reclama de las administraciones locales un esfuerzo para facilitar los accesos, no solo en las poblaciones, sino también en los caminos rurales.