Revista
Si por algún cultivo se puede identificar a los campos de Andalucía es sin duda por el olivar. Cerca de un millón y medio de hectáreas acogen las raíces de este árbol que caracteriza a la región y la convierte en la tierra olivarera por excelencia desde hace miles de años. En ningún lugar del mundo crecen más olivos ni se producen tantos y tan buenos aceites de oliva virgen extra como en nuestro territorio. Por todas estas razones y con motivo del 60ª Aniversario, Óleo entrevista a Consejera Agricultura, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía, Carmen Crespo para hablar de la evolución del sector en estas seis décadas.
¿Qué destacaría de la evolución del sector oleícola en los últimos 60 años?
En estos años, el olivar andaluz se ha modernizado a pasos agigantados para multiplicar su rentabilidad, al tiempo que conserva la riqueza cultural que supone su modo tradicional de cultivo y de obtención de aceite. Los datos más antiguos que tenemos hablan de algo más de 1,1 millones de hectáreas de olivar de secano y regadío en Andalucía en la campaña 1960-1961, una superficie de la que se obtenían alrededor de 255.000 toneladas de aceite de oliva. Sin embargo, el aforo de la campaña 2021-2022 apunta a que los 1,6 millones de hectáreas de olivos de Andalucía permitirán obtener 1.050.300 toneladas de aceite de oliva. El cuádruple de aceite con solo un incremento del 50% en la superficie.
Por otro lado, el sector oleícola se ha abierto al mundo para aprovechar al máximo las oportunidades de negocio y, actualmente, el aceite de oliva de Andalucía llega a lugares donde hace 60 años era impensable encontrarlo. La internacionalización ha llegado para quedarse y este sector está demostrando que sabe sacarle partido. En los últimos tiempos, se está registrando un crecimiento histórico en las exportaciones agroalimentarias de Andalucía cuyo factor fundamental es el aumento de un 14,5% en las ventas de aceite de oliva más allá de nuestras fronteras entre enero y agosto de 2021. Cerca de 1.690 millones de euros han reportado estas transacciones a Andalucía en solo siete meses.
Desde su punto de vista, ¿qué factores han favorecido el posicionamiento actual del sector a nivel mundial?
Su calidad y su apuesta por compaginar la tradición ancestral con la innovación.
En Andalucía se obtienen aceites de oliva de excelencia que se han ganado la confianza de los consumidores de todo el mundo por ser, siempre, garantía de éxito en cuanto a sabor. Nuestras 12 Denominaciones de Origen Protegidas (DOP) repartidas por el territorio andaluz y la Indicación Geográfica Protegida (IGP) ‘Aceite de Jaén’ son clara muestra de ello. Distintivos con aval europeo que certifican que los aceites de oliva virgen extra, que se comercializan bajo estas menciones de calidad, cumplen con estándares de calidad superiores a las exigencias obligatorias porque sus productores han querido ir más allá. Más lejos en sabor, en salud y en sostenibilidad, tres cualidades que caracterizan a los alimentos de Andalucía.
Y esta producción se lleva a cabo, por un lado, respetando las tradiciones de nuestros antepasados, ya que Andalucía ha sido, es y será siempre tierra de olivos y de grandes aceites. Pero también innovando. Aplicando a los procesos las últimas tecnologías para mejorar en eficiencia energética y en aprovechamiento de los recursos y subproductos para así avanzar en sostenibilidad.
Nuestro aceite es, por tanto, un ejemplo de que mantener la riqueza cultural de antaño no está reñida con avanzar en el desarrollo sostenible de las zonas rurales para así dar oportunidad de negocio y empleo a una sociedad que mantiene sus raíces mirando con fuerza al futuro.
¿Cuáles serían las prioridades actuales para mejorar en el consumo y posicionamiento del producto en la actualidad?
La unión y la sostenibilidad son actualmente los principales retos en los que debe seguir avanzando el sector olivarero de Andalucía, porque a través de estas cuestiones conseguirá, por un lado, ganar fortaleza en los mercados; y por otro lado, conquistar nuevos países apelando a las cualidades saludables del oro verde.
El sector oleícola debe apostar por remar unido para ganar en dimensión y hablar a las comercializadoras de tú a tú. Juntos, los productores tienen más poder para reclamar ese precio justo que merecen por su trabajo y su producto. Un precio que se corresponda con su esfuerzo y su apuesta por la innovación para aprovechar al máximo los recursos, mejorar en calidad y adaptarse a las demandas del mercado.
Un mercado formado por consumidores cada vez más concienciados de la importancia de preparar la lista de la compra pensando más en la salud y menos en la economía. Porque invertir en alimentos cuyas cualidades saludables están científicamente probadas, como es el caso del aceite de oliva virgen extra, es invertir en una mejor calidad de vida y en bienestar personal.
El aceite de oliva es uno de los pilares de la dieta mediterránea, ampliamente extendida en Andalucía y con gran tradición también en Italia y Grecia, por ejemplo. Pero otras culturas más alejadas, como la asiática, están ahora descubriendo las propiedades de este alimento y se están sumando a su consumo. Es, por tanto, el momento de salir a conquistar nuevos mercados aprovechando el creciente interés social por la alimentación saludable.
Pueden leer el artículo de opinión completo en el número especial 60ºAniversario de Óleo.