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El uso de productos fitosanitarios ―productos químicos que tienen el objetivo de evitar plagas y prevenir y curar enfermedades de las plantas― en la agricultura es clave para conseguir producciones de calidad y asegurar la viabilidad técnica y económica en la producción de alimentos. Ahora bien, éstos pueden contribuir a la contaminación del suelo, el agua y del aire, y a la pérdida de la biodiversidad. Es por ello que, en el año 2020, la Comisión Europea se comprometió a reducir en un 50% el empleo y el riesgo de plaguicidas químicos en la estrategia «De la granja a la mesa», un elemento clave del Pacto Verde Europeo. Una de las vías para hacerle frente es mediante la agricultura de precisión, con lo que los productos fitosanitarios pueden aplicarse de manera localizada y más eficiente, y reducir, de esta manera, su impacto ambiental. En esta línea, la tecnología dron puede ser una buena herramienta para aplicar de forma eficiente los productos fitosanitarios y minimizar sus riegos asociados.
Por ahora, pero, se considera que la aplicación con drones es una aplicación aérea, al igual que las aplicaciones con avionetas o los helicópteros, razón por la cual están sometidos a una regulación más estricta que las aplicaciones terrestres. El Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) es uno de los participantes en el grupo operativo estatal Phytodron, que quiere generar datos y conocimiento sobre el uso de los drones como una herramienta segura para aplicar productos fitosanitarios en olivo, viña y en el ámbito agroforestal, y avanzar en el marco que regula su uso.
El grupo operativo Phytodron se inició en marzo del 2021 y está previsto que finalice el marzo del 2023. Entre los resultados que se esperan destacan: que el dron pase a ser una nueva herramienta de aplicación de los productos fitosanitarios, disminuir la cantidad de solicitudes de tratamientos aéreos de acuerdo con la normativa europea y generar suficiente conocimiento para que la aplicación de productos fitosanitarios con tecnología dron pueda dejar de considerarse un tratamiento aéreo y sea considerada un tratamiento terrestre.
Phytodron es un grupo operativo en el que participan, además del IRTA, dos centros de investigación más, Neiker y el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA-CSIC); tres empresas ―BASF, Syngenta y Corteva Agriscience―; dos universidades ―la Universidad de Sevilla y la Politécnica de Madrid―; tres asociaciones de agricultores ―DeCoop, Baskegur y la Plataforma Tecnológica del Vino (PTV)―, una asociación empresarial ―la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (AEPLA) ―, el Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Centro y Canarias y el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST).