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Este miércoles 20 de mayo, la Comisión Europea ha adoptado su Estrategia sobre la biodiversidad para devolver la naturaleza a nuestras vidas y su Estrategia «de la granja a la mesa» en pro de un sistema alimentario equitativo, sano y respetuoso con el medio ambiente. Ambas estrategias se refuerzan mutuamente con la intención de proteger a los agricultores, las empresas y los consumidores en pro de un futuro sostenible y competitivo.
La nueva Estrategia sobre la biodiversidad aborda los factores clave de la pérdida de biodiversidad, como el uso insostenible del suelo y el mar, la sobreexplotación de los recursos naturales, la contaminación y las especies exóticas invasoras. La estrategia propone, entre otras cosas, definir objetivos vinculantes para regenerar los ríos y los ecosistemas degradados, mejorar la salud de las especies y hábitats protegidos de la UE, devolver los polinizadores a las tierras agrícolas, reducir la contaminación, hacer más ecológicas las ciudades, aumentar la agricultura ecológica y mejorar la salud de los bosques europeos.
Por su parte, la Estrategia «de la granja a la mesa» facilitará la transición a un sistema alimentario sostenible de la UE, estableciendo objetivos concretos tales como reducir un 50% el uso de plaguicidas y un 20% el uso de fertilizantes, para alcanzar un 25% de territorio agrícola ecológico.
Luis Planas ha valorado positivamente el acuerdo, si bien ha advertido que "no se pueden hacer cambios vertiginosos", y que los Estados miembros deben contar con tiempo y recursos presupuestarios suficientes para alcanzar los citados objetivos. En ese mismo sentido se ha pronunciado también la SEAE (Sociedad Española de Agricultura Ecológica), que comparte los objetivos pero exige que estos se posibiliten en la PAC a través de "estrategias y políticas ambiciosas orientadas hacia una agenda ambiental, climática, de salud pública y social fuerte".
COAG va más allá y tacha de "contradictoria" la estrategia de la Comisión Europea, puesto que, según la organización "resulta incoherente exigir más compromisos a los agricultores y ganaderos, sin reforzar el presupuesto comunitario de la PAC y sin cuestionar los tratados comerciales para acometer la transición verde". La organización apunta a los tratados de libre comercio con terceros países que ponen en riesgo la transición medioambiental, y exigen establecer el principio de preferencia comunitaria y soberanía alimentaria, condicionando las importaciones a los estándares de calidad y sanidad europeos.
Cooperativas Agro-alimentarias también resalta la dificultad de alcanzar los objetivos en las actuales condiciones de competitividad del sector productor, que acusa una importante falta de rentabilidad. Al igual que el ministro planas, reclaman la necesidad de establecer "una gran inversión pública y unos plazos de adaptación realistas", para afrontar un proceso en el que las cooperativas agroalimentarias y los enfoques colectivos serán "clave", a su juicio, para alcanzar la mayor eficiencia productiva, económica y medioambiental.