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Una de las principales conclusiones del sexto encuentro del Ciclo Innovadores en la Tercera Revolución Digital sobre el futuro de la agricultura y la alimentación saludable en nuestro país, donde distintos expertos en agricultura e innovación han expuesto en el foro es que la digitalización de la agricultura es un “fenómeno imparable y una necesidad que exige una respuesta obligatoria”. Para Manuel Melgarejo, presidente de Corteva Agriscience para España y Portugal, “la agricultura de precisión y digital es ya una realidad para obtener más y mejores productos, pero también para potenciar la eficiencia de los campos”. Como ejemplo de las nuevas oportunidades de conocimiento que abre esta era de la digitalización puso la utilización de satélites para observar el desarrollo de los cultivos y hacer así un mejor aprovechamiento del agua y otros recursos críticos.
La Fundación PONS e INNOVADORES by Inndux, con la colaboración del CSIC, el Parque Científico de la Universidad Carlos III, la firma PONS IP, la Fundación para el Conocimiento Madri+d y la Alianza por una Agricultura Sostenible (ALAS) han celebrado dicho encuentro, junto con a junto a directivos de Corteva Agrisciencie.
Dicho Foro fue el momento elegido para la presentación de Corteva, como la marca dedicada a la tecnología agraria hasta ahora integrada en el seno de tres gigantes del sector como Dow Agroscience, Pioneer y DuPont. A pesar de la experiencia y el negocio acumulados con estas tres grandes firmas, Corteva pone el foco en entender las necesidades cambiantes del consumidor y el agricultor para ofrecer las mejores soluciones.
Para Pedro Gallardo, presidente de la Alianza por una Agricultura Sostenible (ALAS), la sostenibilidad va a ser la clave de la agricultura del futuro a nivel agrario, económico y medioambiental. “El campo está preparado para estos cambios y llevamos décadas haciendo avances importantes en la tecnificación y la innovación, asumiendo retos y yendo a la vanguardia”, dijo, para ensalzar el trabajo que los agricultores españoles están haciendo para afrontar los retos de la nueva era de la alimentación. Victoria Moreno, vicepresidenta adjunta de áreas científicas y directora del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Alimentación (CSIC-UAM), señaló que “Necesitamos una estrategia de país”, para abordar estos desafíos.
Precisamente en esta línea los expertos también reclamaron la necesidad de igualar los requerimientos regulatorios a los que deben atenerse los productores españoles y europeos frente a países competidores como Estados Unidos, Argentina o Brasil. La utilización de las últimas técnicas de edición genética en general y el CRIS-PR en particular son una demanda constante para poder competir en condiciones de igualdad, seguir siendo relevantes y no perder el tren de un negocio que cada vez capta más atención a nivel global. Para Rafael López, director de transferencia tecnológica de Pons IP, “en 2015 se observaba ya que la rentabilidad de las inversiones en el campo era del 17% frente al 10% que ofrecían las TIC”, el mercado de inversiones se está moviendo para apostar con fuerza por un sector que había sido “infrainvertido y olvidado porque los inversores buscaban la rentabilidad a corto plazo”. Sin embargo, aseguró, el sector alimentario es una garantía de futuro tanto a nivel económico, como para el medio ambiente y la sostenibilidad.
El investigador del laboratorio de Sistemas Inteligentes de la Universidad Carlos III David Martín explicó que las tecnologías de visión computerizada y láser serán las que determinen la implementación de las últimas herramientas de automatización para procurar una mejor integración entre el agricultor y sus cultivos. El reto: es que dichas herramientas puedan tomar decisiones por sí mismas para aportar el mayor valor posible al campo y a la alimentación del futuro.