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En un contexto de creciente demanda por soluciones agrícolas sostenibles, la Jornada sobre Innovación y Bioeconomía Circular en la Agricultura, celebrada en la Factoría Cruzcampo, destacó el potencial de las microalgas como herramienta clave en la transformación del sector. Organizada por ASAJA-Sevilla y diversas instituciones, el evento sirvió de marco para la presentación de los avances del Proyecto MECA (Microalgas y Economía Circular para la mejora de la productividad Agrícola), una iniciativa pionera en la aplicación de microalgas como biofertilizantes y bioestimulantes.
Un modelo sostenible para el campo
María Morales, presidenta de ASAJA-Sevilla, abrió la jornada subrayando la necesidad de adoptar prácticas agrícolas más sostenibles ante los retos climáticos y económicos actuales. A continuación, Sagrario Sáez, directora de Sostenibilidad de Heineken España, explicó el compromiso de la industria cervecera con la bioeconomía circular y la reducción de la huella de carbono en su cadena de producción.
Por su parte, Mar Cátedra, de la Secretaría General de Agricultura de Andalucía, presentó la Estrategia Andaluza de Bioeconomía Circular, resaltando la importancia de convertir los residuos agrícolas en recursos valiosos. En este escenario, MECA se posicionó como un modelo de innovación aplicada al sector, con beneficios tanto económicos como ambientales.
Proyecto MECA: microalgas al servicio de la productividad agrícola
Los responsables del proyecto, Manuel Antonio González del Valle y Julio Frías, de la startup G2G Algae Solutions, explicaron cómo las microalgas están revolucionando la agricultura. Según Frías, las microalgas tienen una capacidad de fijación de CO2 diez veces superior a la de cualquier planta, lo que las convierte en un aliado clave contra el cambio climático.
El sistema desarrollado en MECA aprovecha aguas residuales agroindustriales para cultivar microalgas, que luego se utilizan como biofertilizantes y biorremediadores de suelos. Los resultados han sido contundentes:
“El objetivo es lograr una agricultura más sostenible sin comprometer la productividad”, afirmó Frías. “Hemos demostrado que es posible reducir fertilizantes químicos y reutilizar aguas residuales sin afectar la rentabilidad del agricultor”.
Aportes científicos y experiencias en campo
El encuentro también contó con la participación de expertos del ámbito científico. Rafael Guillén, investigador del Instituto de la Grasa (CSIC), explicó el papel de los fitoquímicos y extractos vegetales en la resistencia de los cultivos frente a plagas y enfermedades. Su intervención complementó los avances de MECA, evidenciando que la combinación de tecnologías naturales puede impulsar una transición hacia la agricultura regenerativa.
Por su parte, Vicente Mariscal, del Instituto de Bioquímica Vegetal y Fotosíntesis del CSIC, presentó los avances del proyecto Binostoc, en el que también colabora ASAJA-Sevilla, basado en biofertilizantes a base de cianobacterias. Mariscal destacó que la biofertilización no solo mejora la producción agrícola, sino que también contribuye a la recuperación de suelos degradados.
Futuro del Proyecto MECA
El evento concluyó con una reflexión sobre la escalabilidad de MECA en el sector agrario. Los expertos coincidieron en la necesidad de continuar con la innovación y la transferencia tecnológica para que estas soluciones lleguen a más agricultores y se integren en las políticas agrarias de sostenibilidad.
Con la urgencia de mitigar los efectos del cambio climático y mejorar la eficiencia en el uso de los recursos, iniciativas como MECA representan una esperanza real para el futuro de la agricultura. Como señaló Julio Frías, “estamos sembrando el camino hacia una agricultura más verde, eficiente y resiliente”.
El proyecto
El Proyecto Microalgas y Economía Circular para la mejora de la productividad Agrícola (MECA) es uno de los 37 proyectos piloto beneficiarios de las ayudas al funcionamiento de los Grupos Operativos de la Asociación Europea para la Innovación (AEI) en materia de productividad y sostenibilidad agrícolas.
MECA está liderado por ASAJA-Sevilla y cuenta con la participación de Grow to Grow Algae Solutions, el Instituto de la Grasa (IG-CSIC), CRESCASA, Heineken España, la Universidad Pablo de Olavide y ASAJA-Andalucía.