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La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) ha valorado muy positivamente el plan extraordinario de ayudas directas anunciado por la Generalitat Valenciana, que destinará 17 millones de euros para combatir los efectos devastadores de la sequía en los cultivos de secano y la ganadería. Durante una visita a una explotación de olivar en la localidad de Viver, el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, expresó su satisfacción ante esta medida "necesaria y largamente reivindicada".
Aguado ha destacado que esta iniciativa supone un alivio para más de 30.000 agricultores y ganaderos, quienes podrán beneficiarse de una ayuda media de 4.500 euros para los productores de secano y 4.000 euros para los ganaderos. Los cultivos incluidos en este plan abarcan una superficie de 175.000 hectáreas, con especial énfasis en el olivar, además de uva de secano, almendros, cereales, granada, cereza y algarrobo.
El presidente de AVA-ASAJA también ha subrayado la importancia de este decreto, que será aprobado en el próximo Pleno del Consell, ya que se suma a otras acciones clave como el suministro de 12 millones de litros de agua para los ganaderos, medida que el gobierno valenciano ha implementado este verano para afrontar los elevados costes de abastecimiento y evitar el sacrificio de ganado.
Exigencia de más apoyo del Gobierno central y la Unión Europea
A pesar del respaldo del Consell, Aguado ha lamentado que "el Gobierno de España no haya atendido las demandas del sector", criticando que ni siquiera se haya convocado la Mesa de la Sequía a nivel nacional. Además, ha instado a las autoridades españolas y a la Unión Europea a complementar estas ayudas con nuevas medidas, como la activación de pozos de emergencia, la construcción de infraestructuras para el almacenamiento y distribución de agua, y la puesta en marcha de un Pacto de Estado del Agua.
Este pacto, según AVA-ASAJA, debería incluir la reutilización de aguas depuradas mediante rebombeos con energía fotovoltaica, la construcción de infraestructuras hídricas, y evitar la demolición de presas, uniendo esfuerzos para garantizar la sostenibilidad de los cultivos de regadío y de secano en la Comunidad Valenciana, con especial atención al olivar, uno de los cultivos más afectados por la sequía.