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Un grupo de investigadores de la Universidad de Jaén ha hecho un importante descubrimiento en el marco del proyecto europeo Soil O-Live: un nuevo género de nematodo denominado Oleaxonchium olearum. Este hallazgo, realizado en una finca de olivares que también forma parte del proyecto, ha sido el protagonista de la primera publicación científica relacionada con Soil O-Live. El estudio fue publicado el 25 de julio en la revista “Zoosystematics and Evolution” bajo el título “Oleaxonchium olearum gen. et sp. nov. (Nematoda, Dorylaimida) associated with an olive grove in the southern Iberian Peninsula, and new insights into the evolutionary relationships within Belondiridae”.
Los autores de este artículo son los investigadores Reyes Peña Santiago, Miriam García Ruiz, Alba N. Ruiz Cuenca y Joaquín Abolafia Cobaleda, todos ellos pertenecientes al Departamento de Biología Animal, Biología Vegetal y Ecología de la Universidad de Jaén y adscritos al proyecto europeo Soil O-Live.
Un inquilino desconocido
Los nematodos, pequeños gusanos cilíndricos que viven en el suelo, son esenciales para la salud del ecosistema del olivar. Mientras que la mayoría de estas criaturas son beneficiosas, ayudando en el reciclaje de nutrientes, algunas pueden dañar las raíces de las plantas. Sin embargo, el nuevo género descubierto, Oleaxonchium olearum, se distingue de sus parientes cercanos por una combinación única de características, como una región labial rectangular con márgenes esclerotizados y una apariencia hexagonal en vista frontal, similar a una ventosa.
Este descubrimiento se produjo durante los análisis de suelo realizados como parte de Soil O-Live, un proyecto europeo que estudia la biodiversidad del suelo en olivares desde múltiples perspectivas, incluyendo la fauna del suelo. Los investigadores han destacado que la calidad del ecosistema en la finca estudiada es tan alta que ha permitido la supervivencia de especies de nematodos no descritas anteriormente, indicando una microfauna excelente para el suelo y, en consecuencia, para los olivares.
Un olivar, un mundo por descubrir
El profesor Joaquín Abolafia, uno de los responsables del descubrimiento, ha expresado su satisfacción con los avances realizados en el proyecto. “Hacemos un balance muy positivo del trabajo desarrollado hasta ahora”, afirma. Entre las conclusiones obtenidas, el equipo ha observado que, aunque en general los suelos del olivar pueden estar degradados, una buena gestión de estos cultivos puede hacer que los suelos presenten características tan buenas, o incluso mejores, que los suelos naturales donde no ha intervenido el hombre.
Este descubrimiento no solo enriquece el conocimiento científico sobre la biodiversidad en los olivares, sino que también resalta la importancia de la gestión adecuada de estos suelos para preservar y mejorar la salud del ecosistema.