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Según datos de la Asociación Española de Exportadores e Industriales de Aceitunas de Mesa (ASEMESA), el olivar mundial abarca aproximadamente 850 millones de árboles distribuidos en más de 10 millones de hectáreas. De este vasto territorio, más de un millón de hectáreas están destinadas a la producción de aceitunas de mesa.
De acuerdo con el Consejo Oleícola Internacional (COI), España lidera la producción mundial de aceitunas de mesa, seguida por Egipto y Turquía. El mercado canadiense, por su parte, se abastece principalmente a través de importaciones, siendo las aceitunas españolas las más demandadas con una cuota de mercado del 43,79%, seguidas por Grecia e Italia con el 32,14% y el 10,46% respectivamente, según el informe elaborado por la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Toronto sobre el mercado de la aceituna de mesa en Canadá.
A pesar de su posición como principal proveedor, las aceitunas de origen español no siempre son percibidas como de alta calidad por los consumidores canadienses, quienes prefieren las variedades griegas o italianas. Sin embargo, el aumento del interés por opciones de snacks saludables está impulsando el consumo de aceitunas en Canadá, junto con una demanda creciente de sabores y rellenos innovadores.
En cuanto a la distribución, las cadenas de supermercados y grandes superficies son los principales canales de venta de aceitunas en Canadá, aunque también existen tiendas especializadas que suelen ofrecer productos de origen italiano o griego.
La reciente aprobación del Acuerdo Comercial entre Canadá y la Unión Europea (CETA) ha eliminado los aranceles para productos agroalimentarios, lo que representa una oportunidad para las empresas españolas. Además, el acuerdo garantiza la protección de las Indicaciones Geográficas (IG) de la UE, lo que podría abrir la puerta a nuevas oportunidades para las aceitunas de origen español en el mercado canadiense.
Por tanto, el mercado de las aceitunas en Canadá ofrece oportunidades para las empresas españolas, aunque también presenta desafíos, como la percepción de calidad por parte del consumidor y la competencia con otras variedades. Sin embargo, el acuerdo comercial recientemente ratificado ofrece un marco propicio para la expansión de las exportaciones españolas de aceitunas en este territorio.