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Con un -11% de ventas de aceite de oliva virgen extra en los primeros seis meses de 2023, es urgente una campaña de comunicación que explique a los italianos el valor de un producto de calidad finalmente reconocido como premium y al mismo tiempo necesario. aumentar los controles sobre los "condimentos", los nuevos productos de bajo coste colocados en los lineales resultantes de la mezcla de aceite de oliva con aceite de semillas u otros aceites vegetales.
Así lo pidió el presidente de Unaprol – Consorzio Olivicolo Italiano, David Granieri, en una carta dirigida al ICQRF y a la Dirección General para la prevención y lucha contra el fraude alimentario de Masaf.
En particular, Unaprol preguntó qué métodos analíticos están previstos para analizar la congruencia con lo declarado en la etiqueta y la indicación precisa de cuánto aceite de oliva virgen extra contienen los productos para dar a los consumidores la oportunidad de hacer una elección informada.
“Durante muchos años, el aceite de oliva virgen extra ha sido sometido injustamente a un precio inferior al de coste o de primer precio y ahora, por fin, también gracias a la situación internacional creada, ya no puede ser así – explica Granieri -. Por este motivo, esta mezcla compuesta por porcentajes residuales de aceite de oliva con otros aceites vegetales, el "condimento", fue retirada de los lineales para intentar encontrar un producto capaz de atraer la atención de los consumidores pero este intento, sin regulación ni controles, corre el riesgo de ser engañoso para el comprador".
“El ICQRF ya ha aclarado que este producto debe colocarse en estantes especiales distintos del aceite de oliva virgen extra, pero una intervención en la norma de etiquetado es absolutamente necesaria para garantizar la transparencia a los consumidores, así como una competencia adecuada – continúa Granieri -. Lo que no se puede comprobar, en nuestra opinión, no se puede declarar y, por tanto, no puede competir en el mercado en las condiciones actuales".
Situación actual de mercado
Los datos sobre el consumo anual per cápita siguen dando señales negativas desde hace años, con Italia deteniéndose en poco más de 7,1 kg de aceite de oliva por habitante, muy lejos de los 11,4 kg per cápita de España y los 10,3 kg per cápita de Grecia, un clara disminución en comparación con el consumo de principios de la década de 2000, que rondaba los 12 kg per cápita.
“La era del aceite de calidad a precio de coste ha terminado por fin y es necesario aprovechar este momento, mediante campañas de comunicación e información adecuadas, para hacer comprender lo importante que es consumir aceite de oliva virgen extra de calidad y lo correcto que es pagar al precio justo, que es el actual, para permitir a todos los protagonistas de la cadena de suministro seguir trabajando con eficacia y serenidad para mantener en alto en el mundo la bandera de la calidad italiana", concluye el presidente de Unaprol.