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Al igual que comemos luz, por medio de la fotosíntesis como decía un eminente profesor, también podemos afirmar que comemos agua. Cualquier producto agroalimentario tiene una parte importante de agua y ha necesitado disponer de una cantidad aún mayor para su obtención.
Para producir un kilogramo de trigo hace falta disponer de 1 m3 de agua. Tanto en secano como en regadío.
Podemos considerar el agua, de lluvia o de riego, como materia prima esencial de la agricultura, es decir, de la producción de alimentos. El ser humano, como cualquier ser vivo, está inserto en una cadena trófica de la que no puede evadirse, es un eslabón de la cadena. -La Naturaleza nos condiciona. Es necesario alimentarse para mantener la vida-.
Y, a día de hoy, la única manera que conocemos de producir alimentos es por medio de la agricultura.
Agricultura y agua
No hace falta recordar la importancia estratégica del sector productor de alimentos para cualquier país desarrollado, el crecimiento de la población mundial hace necesario tener un sistema que sea capaz de asegurar el suministro. De ahí el origen de la PAC, no hace tanto tiempo que se pasó hambre en Europa. Por ello el concepto de Soberanía Alimentaria debe estar presente entre las decisiones de los dirigentes de la Unión Europea.
Por otro lado, sabemos que es mucho más productiva, por unidad de superficie, una agricultura con agua que sin agua. El 22% de la superficie total cultivada en España, que se ha regado en 2021, ha producido el 65% de la producción final vegetal. Además de la incertidumbre del secano, los datos medios nos muestran que el regadío puede producir seis veces más que el secano por hectárea. Podemos poner como ejemplo el cambio producido en el olivar, que ha pasado a ser un cultivo rentable, con las nuevas plantaciones intensivas de riego, aunque este sea deficitario.
La agricultura de riego ocupa mucha menos superficie del territorio que la agricultura de secano para una producción equivalente. Puede considerarse que esta menor ocupación de superficie con la consecuente disminución de labores y empleo de maquinaría, el uso del agua en agricultura genera mayor sostenibilidad ambiental y económica además de disponer de más territorio para dedicarlo a otros usos.
Recientemente el ingeniero agrónomo Jaime Lamo afirmaba en El Mundo que sin riego y sin trasvases habrá hambre. Si en nuestro país toda la agricultura fuera de secano, no se podría sostener ni la cuarta parte de los 48 millones de habitantes que hoy somos. Una vez comentada la importancia de la Agricultura y a su vez, la importancia del Agua en agricultura, para un país como el nuestro, desarrollado, pero con un clima mediterráneo, con régimen pluviométrico irregular, tanto en cuanto a la distribución geográfica como a la distribución en el tiempo, con largos periodos de sequía hidrológica, podemos plantearnos de dónde sale el agua.
El artículo de opinión se encuentra disponible para su lectura en el nº193 de Óleo.