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El cultivo del olivar tiene una gran repercusión social, ambiental y territorial, y cualquier inconveniente que pueda perjudicar a la cosecha de la aceituna, tanto de mesa como la destinada a molino, supone un problema en el sector agroalimentario. Actualmente, el olivar se enfrenta a un escenario de cambios motivado por la alteración de las condiciones ambientales, la continua pérdida de herramientas de control fitosanitario y nuevas estrategias de producción en la agricultura. Sin embargo, la sanidad vegetal del cultivo tiene que seguir dando respuesta a los retos fitosanitarios que se encuentran en este nuevo contexto.
Unos de los retos fitosanitarios en estudio, es el progresivo incremento de la incidencia de la mosca del olivo (Bactrocera oleae) durante estas últimas campañas, y más concretamente la campaña actual, motivado entre otras causas por un adelanto fenológico, unas condiciones meteorológicas favorables y un reservorio importante de la campaña anterior con supervivencia de las pupas invernantes, por lo que esta campaña partimos de una población más alta de lo habitual.
La Dirección General de la Producción Agrícola y Ganadera ha elaborado un documento de “Estrategias de manejo de la mosca del olivo (Bactrocera oleae) en Andalucía”, que ayude a conocer las causas de las poblaciones actuales y tengamos el conocimiento de todas las herramientas disponibles para el manejo de la plaga.