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En 2010, la dieta mediterránea fue reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. El aceite de oliva es el alimento más característico de esta dieta por su alto valor nutracéutico. Los efectos positivos del aceite de oliva a menudo se han atribuido a sus componentes menores; sin embargo, su contenido en ácido oleico (AO) (70-80%) es el responsable de sus multiples propiedades para la salud.
Ácido oleico (AO)
AO es una biomolécula eficaz, aunque el mecanismo por el cual AO media los efectos fisiológicos beneficiosos no se comprende completamente. Esta biomolécula influye en la fluidez de la membrana celular, los receptores, las vías de señalización intracelular y la expresión génica. La AO puede regular directamente tanto la síntesis como las actividades de las enzimas antioxidantes. El efecto antiinflamatorio puede estar relacionado con la inhibición de las citocinas proinflamatorias y la activación de las antiinflamatorias. El mecanismo mejor caracterizado destaca al AO como un activador natural de la sirtuina 1 (SIRT1). La oleoiletanolamida (OEA), derivada de AO, es un ligando endógeno del receptor nuclear del receptor alfa activado por el proliferador de peroxisomas (PPARα).
La OEA regula la ingesta de grasas en la dieta y la homeostasis energética y, por lo tanto, se ha sugerido que es un agente terapéutico potencial para el tratamiento de la obesidad. OEA tiene efectos antiinflamatorios y antioxidantes. Los efectos beneficiosos del aceite de oliva pueden estar relacionados con las acciones de OEA.
Nueva evidencia, recogida por las Universidades de Sevilla, Servicio Andaluz de Salud y el Hospital Costa del Sol, sugiere que el ácido oleico puede influir en los mecanismos epigenéticos, abriendo una nueva vía en la exploración de terapias basadas en estos mecanismos. La AO puede ejercer efectos antiinflamatorios beneficiosos al regular la expresión de microARN.