Revista
Un total de 36 asociaciones de profesionales de la salud, de científicos, consumidores, pacientes y ONG francesas han lanzado una campaña a través de la plataforma "Change.org", donde solcitan que el etiquetado Nutri-Score sea obligatorio en Europa. Hasta el momento hansido recogidas un total de 35.000 firmas.
El logotipo nutricional Nutri-Score fue adoptado en Francia por un decreto interministerial el 31 de octubre de 2017 tras una dura batalla contra los grupos de presión agroalimentarios que duró casi 4 años. Se posiciona en la cara frontal de los envases de alimentos, su simplicidad lo convierte en una herramienta comprensible por todos para reconocer las diferencias de composición nutricional entre los productos y ayudar a los consumidores a orientar sus opciones hacia alimentos de mejor calidad nutricional. Aunque simple de interpretación, se basa en numerosos trabajos científicos que han demostrado su eficacia y su interés para los consumidores y la salud pública. Además, después de Francia, otros seis países han decidido también escoger el Nutri-Score: Bélgica, Alemania, Luxemburgo, los Países Bajos, España y Suiza.
Aunque ninguna empresa agroalimentaria lo apoyaba cuando fue propuesto en 2014 por un equipo de investigación pública sin vínculos de interés, ha sido gracias a los trabajos científicos y a la presión de los científicos, de los actores sanitarios, de las asociaciones de consumidores, numerosas ONG y múltiples acciones ciudadanas, que hoy más de 800 marcas se han comprometido finalmente a implementarlo. Pero como sigue basándose en el voluntariado –ya que una normativa europea impide a los Estados miembros la obligatoriedad de la implementación de un logotipo nutricional sintético en los alimentos-, numerosos grupos agroalimentarios siguen oponiéndose a Nutri-Score y combatiéndolo.
Votación en Europa
El reciente anuncio por parte de la Comisión Europea, en el marco de su estrategia «Farm to Fork», de una futura votación sobre la instauración de un logotipo nutricional único y obligatorio para toda Europa antes de finales de 2022, ha despertado el interés, tanto de los industriales opuestos a Nutri-Score como de ciertos sectores agrícolas (quesos, embutidos) con grandes grupos industriales alimentarios como telón de fondo (Lactalis, Savencia,...) que no desean ofrecer a los consumidores una verdadera transparencia sobre la composición nutricional de sus productos.
En este llamamiento, se exige poder conocer, gracias al logo Nutri-Score, la calidad nutricional de TODOS los alimentos, sin excepción, para poder orientar nuestras elecciones de manera razonada, con conocimiento de causa. Consideramos que es un derecho de los consumidores y un deber de los operadores económicos. Reclamando su implantación como el modelo único y obligatorio para Europa a partir de 2023, teniendo en cuenta sus bases científicas y su interés demostrado en términos de salud pública,