Esta semana asistimos a una caída generalizada de precios en el mercado oleícola español, aunque gran parte del sector no entiende las causas que han provocado esta situación. En Jaén consideran que el descenso ha sido superior a lo recomendable, y en ello han podido jugar varios factores, como los datos de producción, la lluvia y el hecho de que no hay necesidad de producto porque están abastecidos. En este mercado resulta difícil vender, los envasadores están a la espera, y tampoco hay compras.

En Córdoba también bajan los precios del aceite de oliva y apenas hay mercado porque los compradores no compran. En este mercado no hay término medio, ya que consideran que no hay causas para bajar los precios, la situación es muy irregular, ha llovido, la cosecha no es mala, y al mismo tiempo las salidas no son tan altas.

En el mercado de Granada, la caída de precios del aceite de oliva la comparan con un tobogán, hay pocas ventas y pocas ganas de comprar, los industriales están liquidando y aprovechan la lluvia para hacerlo con ofertas baratas. Asimismo, en Sevilla hay quien no ha vendido y quien necesita dinero, lo que ha presionado el mercado a la baja, y posiblemente bajará más hasta que no se vea la floración del olivo.

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