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Todos los productores de alimentos estarán obligados a informar de las características de estos a través de un correcto etiquetado, a través del Reglamento (UE) 1169/2011 que entrará en vigor el 13 de diciembre de 2016. El objetivo es alcanzar una alimentación sana, equilibrada, responsable y segura requiere que el consumidor conozca las características de los alimentos que pretende adquirir.
Con ello, el consumidor podrá conocer las características del alimento, los ingredientes empleados en su fabricación, su origen, las condiciones de conservación, fecha de consumo preferente o de caducidad, así como el aporte nutricional de éste.
Según la doctora Alicia Calleja Fernández, dietista nutricionista de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Complejo Asistencial Universitario de León y miembro del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), “existen diferentes razones que hacen fundamental conocer el aporte nutricional de los alimentos que disponemos en el mercado alimentario: mantener una alimentación saludable, elegir los alimentos que se adapten a nuestras necesidades y preferencias individuales y comparar y elegir la alternativa más adecuada”.
El etiquetado nutricional permite conocer cuáles son los nutrientes y la cantidad diaria recomendada. De esta manera, se podrá calcular cuánto se está consumiendo y la cantidad que falta para llegar a la cifra aconsejada. Igualmente deberá de reflejar la siguiente información obligatoria en el siguiente orden: valor energético y cantidades de grasas, grasa saturada, hidratos de carbono, azúcares, proteínas y sal.