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En estos días de otoño pueden aparecer enormes orugas sobre los olivos, pero esto no debe de ser motivo de alarma, según la Red Andaluza de Inspección y Alerta Fitosanitaria (RAIF), ya que no es una plaga del olivar, sólo los utiliza como planta huésped. Según RAIF este insecto es una mariposa nocturna frecuente en España y como es de hábitos nocturnos no es fácil verla, no así la oruga que es común verla.
Presentan una coloración amarilla verdosa con líneas azuladas que le confiere un aspecto de oruga tropical altamente llamativa. Llama la atención también no sólo por su gran tamaño y grosor sino por una pequeña protuberancia que presenta en el extremo posterior de su cuerpo. Cuando se siente amenazada emite un chasquido y levanta el tórax adoptando postura de esfinge, de ahí viene el nombre de la familia a la que pertenece: Sphingida.
Según RAIF, se alimenta de diferentes plantas, principalmente de las solanáceas (berenjena, tomate, patata, etc.), aunque en ocasiones pueden hacerlo de hojas tiernas de plantones, llegando incluso a defoliar algún tallo nuevo. Por ello, no se considera como una gran amenaza para el cultivo y en el caso de observar algún daño, se suele controlar esta oruga simplemente quitándola con la mano. Se trata de la larva u oruga de la mariposa esfinge (Acherontia atropos) o mariposa de la muerte, porque tiene una mancha en la parte superior que recuerda a una “calavera”, también es conocida en algunas zonas de Andalucía como “lagarta”.
Suele tener dos generaciones al año y en esta época, estamos asistiendo a la presencia de la segunda, que tras nacer del huevo, va creciendo hasta que muda la piel en dos ocasiones, siendo en la última cuando adquiere colores más vivos. Después baja hasta el suelo, escarba unos centímetros y pasa a estado de crisálida. Esta es de color marrón y se asemeja a un dátil para volver a cerrar el ciclo y emerger una nueva polilla.