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Tras poner en marcha una investigación sobre el posible efecto beneficioso del aceite de orujo de oliva en la prevención y progresión de la enfermedad de alzhéimer, la Interprofesional del Aceite de Orujo de Oliva, a través de su marca Oriva, ha colaborado con el CSIC en el estudio “Comportamiento del Aceite de Orujo de Oliva en fritura y comparación con aceites de girasol convencional y girasol alto oleico”. En esta ocasión, la investigación corre a cargo del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN), bajo la dirección de Gloria Márquez, investigadora científica especializada en aceites de fritura.
El estudio tiene como objetivo presentar evidencias contrastadas sobre cómo el aceite de orujo de oliva es más resistente y saludable para freír distintos alimentos, en comparación con otras grasas habituales comercializadas para frituras. También se focaliza en analizar los compuestos bioactivos buenos para la salud presentes tanto en el aceite de orujo de oliva como en los alimentos que se fríen con él.
Desde este planteamiento, Gloria Márquez, responsable del proyecto, afirma que “el comportamiento en fritura del aceite de orujo de oliva, en relación a los aceites de girasol convencional y alto oleico, no ha sido evaluado en estudios científicos rigurosos y sistemáticos”. Añade que “considerando su composición y características físico-químicas, en este estudio esperamos mejores resultados para el aceite de orujo de oliva, por su elevado contenido en ácido oleico en comparación con el aceite de girasol convencional. El Aceite de Orujo de Oliva presenta, a priori, la ventaja sobre otros aceites de poseer un elevado contenido en compuestos como el escualeno y los fitoesteroles, que poseen un efecto protector en fritura. Así, el aceite de orujo de oliva puede ser una excelente alternativa a los aceites de girasol y, sin embargo, es poco conocido. De ahí el interés en profundizar en su estudio científico”.