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Un estudio financiado por el CEAEMA, La Fundación ONCE y el Fondo Social Europeo y realizado por la Universidad de Jaén pone de manifiesto cómo el cambio climático podría poner en riesgo los actuales cultivos de semillas oleaginosas en Europa, particularmente, los cultivos de colza (Brassica sp.), destinados en gran medida a la producción de biocombustibles para el sector agrícola. Dicho estudio ha sido realizado por investigadores del Departamento de Biología Animal, Biología Vegetal y Ecología y del Centro de Estudios Avanzados en Energía y Medio Ambiente (CEAEMA), poniendo de manifiesto la necesidad urgente de identificar cultivos bioenergéticos alternativos que estén preadaptados a las condiciones climáticas futuras.
El estudio señala que una alternativa en la cuenca Mediterránea a las especies de colza convencionales, para la producción de biodiesel, sería una especie autóctona de la región Mediterránea, la mostaza blanca (Sinapis alba), con semillas con un alto contenido en aceites, que crece espontáneamente en olivares y otros cultivos mediterráneos, por lo que podría cultivarse de manera complementaria a esos cultivos, mejorando así la función del ecosistema, ya que ayudaría a disminuir la pérdida de suelo, controlar enfermedades microbianas y ayudar al mantenimiento de la biodiversidad. Los modelos de distribución de especies realizados en este estudio pronostican áreas climáticamente adecuadas para el cultivo de la mostaza blanca en la cuenca mediterránea, tanto en las condiciones climáticas actuales, como bajo diferentes escenarios de cambio climático.
Los resultados de esta investigación apuntan a que las actuales áreas adecuadas para el cultivo de mostaza blanca no se superponen con las del cultivo de colza, y a diferencia de lo que ocurre con la colza, la mostaza blanca sí que podría cultivarse en la mayor parte de la región mediterránea. Según estos modelos, el aumento de la aridez y las temperaturas, que produciría el cambio climático, expandirán las áreas climáticamente adecuadas para el cultivo de la mostaza blanca en la cuenca mediterránea, mientras que disminuirán para el cultivo de colza en Europa occidental. Por todo ello, los investigadores de la UJA concluyen que la mostaza blanca es un candidato fuerte y seguro para la producción de biocombustibles en la cuenca Mediterránea y otros países de Europa occidental, especialmente en los escenarios de cambio climático que se espera que afecten a los cultivos actuales de semillas oleaginosas.