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La EFSA, autoridad europea de seguridad alimentaria, ha publicado un estudio científico sobre la "evaluación del lignusulfonato de calcio como carga previa aceptable para grasas y aceites comestibles". La evaluación, a solicitud de la Comisión Europea, tiene como objetivo evaluar la aceptabilidad del lignosulfonato de calcio, una sustancia presente en los tanques que transportan a granel por mar aceites comestibles y otras grasas líquidas.
En noviembre de 2016, la EFSA evaluó 4 sustancias presentes en dichos tanques, de entre las cuales concluyó que esta sustancia en concreto, el lignosulfonato de calcio, no cumplía con los criterios de seguridad por las "incertidumbres con respecto a la composición y la toxicidad de la fracción de baja masa molecular. En enero de 2019, la empresa Borregaard presentó a la Comisión dos nuevos estudios que contradecían dichas conclusiones, a raíz de los cuales se ha solicitado una reevaluación por parte de la EFSA tomando en cuenta esta nueva información.
Tras evaluar el trabajo de Borregaard, el panel de la EFSA ha concluido que dicha información no es suficiente para modificar las conclusiones establecidas en el año 2017, puesto que se requiere un mejor análisis sobre la composición y la toxicidad del peso molecular (LMWF) que sea "toxicológicamente ma´s relevante". Por tanto, a día de hoy el lignosulfonato de calcio sigue sin cumplir los criterios de aceptación establecidos por la EFSA. Con todo, el propio informe de la EFSA aclara que los residuos de dicha sustancia "no deberían tener efectos adversos para la salud humana".