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Hace unos meses publicábamos la iniciativa llevada a cabo por los agricultores para participar en las labores de limpieza y desinfección en los pueblos, calles, carreteras, caminos y vías de acceso rural a través de sus tractores y su maquinaria de desinfección, en cooperación con los ayuntamientos. El 15 de abril, la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) ha lanzado un comunicado reconociendo la buena intención de los agricultores que participan en esta iniciativa pero, advirtiendo sobre el uso inadecuado de los productos empleados, que "puede poner en riesgo la salud de las personas que transitan por las vías públicas y el medio ambiente".
La asociación ha alertado que la mezcla de hipoclórito y agua que están empleando algunos agricultores para desinfectar los espacios públicos puede ser perjudicial por sus efectos potencialmente tóxicos, e insiste en que su aplicación debe estar estrictamente controlada. El Ministerio de Sanidad -continúa el comunicado-, recomienda la desinfección con hipoclorito sódico al 0,1% mediante aplicación con mochilas pulverizadoras (20 ml. de lejía común por litro de agua). Cualquier cantidad que excediese estos términos podría provocar efectos contraproducentes sobre la salud pública.
"Cualquier producto químico mal utilizado tiene un riesgo”, afirma Milagros Fernández de Lezeta, directora general de ANECPLA, “la lejía está clasificada como un producto corrosivo y peligroso para la fauna acuática y, por lo tanto, es muy importante que se emplee en la dosis eficaz contra COVID-19 y mediante sistemas de aplicación localizados. De lo contrario, un uso inadecuado puede llegar a poner en riesgo la salud de las personas y provocar graves consecuencias en la fauna acuática, además de un nefasto impacto medioambiental”.
El proceso correcto, por tanto, ha de ser el siguiente: en primer lugar, hará falta realizar el barrido (preferiblemente húmedo para evitar posibles dispersiones) de vías públicas, con el fin de eliminar la presencia de residuos y materia orgánica. A continuación, se llevará a cabo la limpieza de calles con los camiones disponibles a tal efecto, utilizando agua con los detergentes tensioactivos específicos para la limpieza de las vías. Tras ello, se podrá proceder a la desinfección con hipoclorito sódico al 0.1% (20 ml de lejía común por litro de agua), mediante aplicación con mochilas pulverizadoras.
De este modo, se insiste en que, dentro de lo loable que resulta la iniciativa, se procure siempre seguir el método estricto de aplicación y equipado con los equipos de protección específicos y adecuados. Para ello, Anecpla recomienda acudir a las empresas debidamente acreditadas para la realización de estas labores, incluidas en el Registro Oficial de Establecimientos y Servicios Biocidas (ROESB).