Revista
El próximo jueves 17 de junio, en el Food 4 Future, en el Bilbao Exhibition Center (BEC), se presentarán los resultados de la encuesta realizada por el Instituto Europeo de Innovación y Tecnología (EIT), en concreto su área vinculada con este sector, EIT Food entre empresas de todo el continente, que se centraba en la pregunta: “¿Están las pymes agroalimentarias europeas listas para la adopción de la inteligencia artificial?”.
Este estudio realizado por EIT Food ha contado con el apoyo del laboratorio de innovación y desarrollo AI Talentum y el centro tecnológico AZTI para analizar los datos de la encuesta, realizada a 474 empresas pequeñas y medianas. Las compañías de España, Francia, Italia, Alemania y Polonia, países seleccionados por su volumen de empresas pertenecientes al sector, revela que la mayoría analiza menos de la mitad de los datos que recopila, con solo un 20% que sí los estudia. De hecho, la encuesta revela que cuanto más pequeña es la compañía, menos se recopilan y se analizan los datos.
Entre las principales conclusiones extraídas del estudio, una de ellas es significativa: 6 de cada 10 empresas agroalimentarias europeas no usan ningún tipo de tecnología basada en la inteligencia artificial.
Las pymes representan el 99,2% de las empresas de la industria agroalimentaria europea, con 288.672 pequeñas y medianas compañías que facturan el 43% del total del sector. Por ello, la encuesta se ha centrado principalmente en ellas, abarcando compañías de 10 a 250 empleados pertenecientes a cinco países europeos. Se ha tenido en cuenta que son las que mayor potencial de digitalización tienen.
Para las empresas encuestadas, entienden el potencial de la inteligencia artificial (IA), sobre todo para áreas de negocio como producción (al 61% de las empresas les parece interesante, por ejemplo, para gestionar su stock, mejorar la calidad, la eficiencia o el mantenimiento). Sin embargo, las empresas aún no entienden la utilidad que puede tener la inteligencia artificial en áreas como recursos humanos, ventas y marketing.
“El nivel de implementación de la inteligencia artificial es aún bajo: el 56,8% de los encuestados declaró no usar ninguna tecnología”, avanza Carmen Galindo, ‘project manager’ de EIT Food. Según la encuesta, es debido a que, a pesar de que los beneficios en cuanto a eficiencia y productividad son evidentes, los esfuerzos en temas como la planificación o contratación no se ven inmediatamente recompensados frente a la inversión inicial. “Las tecnologías más extendidas son la robótica, sensores y soluciones de ‘machine learning’”, añade Galindo.
Es interesante resaltar, que las compañías que perciben el impacto positivo de la inteligencia artificial son también las que mayores esfuerzos y recursos están dedicando a recopilar y analizar sus datos, el 70% concretamente. Aun así, la diferencia entre las que perciben los beneficios de implementar la inteligencia artificial y las que no es mínima: el 36% frente al 38%, lo que aleja la realidad actual de la situación óptima. Además, los ingresos y el personal cualificado juegan un papel importante: cuanto menos factura la empresa y menos plantilla con conocimientos digitales tiene, menos entiende los beneficios de implementar tecnologías basadas en la IA.
En resumen, aunque las empresas tengan una percepción positiva del impacto de la IA en el futuro, más de la mitad no tiene intención de invertir en ella. Para solucionar este problema, EIT Food, junto con las comunidades de conocimiento EIT Manufacturing y EIT Digital, ha puesto en marcha varias pruebas piloto con el fin de fomentar la digitalización, la innovación y la educación de las pymes del sector agroalimentario: las ‘end-to-end digitalised production testbeds’.
La convocatoria, lanzada en octubre de 2020, ha resultado en la selección de tres bancos de pruebas que se implementarán en 2021 y se presentarán en el BEC el próximo jueves. Antonio Vicente, CEO de AI Talentum, e Idoia Olabarrieta, investigadora de AZTI, explicarán la propuesta para crear estos bancos de pruebas que apoyen a las pymes de la industria alimentaria para digitalizar sus procesos y consigan reducir el desperdicio y mejorar su competitividad.