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La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible ha informado al Consejo de Gobierno de Andalucía sobre las negociaciones relativas al diseño del Plan Estratégico Nacional de la nueva Política Agrícola Común (PAC), documento que guiará su aplicación a nivel nacional a partir de 2023. El Gobierno andaluz ha logrado reconducir este debate nacional para garantizar certidumbre al sector agrario de la Comunidad Autónoma ante la propuesta presentada inicialmente por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que incluía cambios bruscos en un modelo de aplicación que ha demostrado su éxito para avanzar en rentabilidad, estabilidad y fijación de la población en el territorio andaluz.
La Junta ha forjado una fuerte alianza para luchar por la defensa de los intereses de los agricultores y ganaderos de la región en la reforma de la PAC y, con este objetivo, la Consejería de Agricultura ha trasladado una postura consensuada con sus representantes a las diversas reuniones nacionales que abordaban esta cuestión. La unidad y el diálogo constante con los productores de la región, que son, en definitiva, los principales afectados por el cambio de la política europea, ha sido la máxima que ha guiado al Gobierno andaluz en este proceso.
Esta unión se verá también reflejada en la propuesta que presentará mañana el Gobierno andaluz en la reunión técnica que tendrá lugar en la sede del Ministerio de Agricultura. Esta posición regional se consensuará esta misma tarde en el marco de la Mesa de Interlocución Agraria convocada a tal efecto y que contará con la participación de la consejera del ramo, Carmen Crespo, y de los representantes de las organizaciones profesionales agrarias (Asaja, COAG y UPA) y de Cooperativas Agro-alimentarias.
El Ejecutivo andaluz ha mantenido durante las negociaciones una postura clara y sin cambios, si bien ha presentado cierta flexibilidad, dentro de unos límites coherentes, para poder alcanzar el necesario acuerdo nacional. Esta voluntad de diálogo por parte de las comunidades autónomas ha permitido que el pasado 14 de julio se sentaran las bases políticas del Plan Estratégico Nacional, a excepción de los aspectos relativos a los ecoesquemas, cuyo debate se ha aplazado al mes de septiembre a petición de la consejera andaluza.
Atendiendo a las bases políticas acordadas en Madrid, la Junta valora que se recupere el término de ‘agricultor activo’ en detrimento del ‘agricultor genuino’, ya que, de esta forma, se incluye a aquellos profesionales que desarrollan otras actividades, pero que tienen en la agricultura y la ganadería un importante complemento de su renta.
En cuanto a las regiones productivas de España, éstas podrían quedar reducidas a 20, una cantidad que se adaptaría, en gran medida, a la diversidad productiva de Andalucía. Destaca en este ámbito que la veintena de regiones es el límite máximo de la horquilla planteada por el Ministerio, que proponía reducirlas incluso hasta cuatro.
Por otro lado, las líneas básicas aprobadas por las comunidades autónomas españolas mantienen el sistema de gestión de ayudas basado en derechos, como defendía Andalucía frente a otros territorios, y que permite continuar con la ventaja competitiva que hasta ahora tenían los jóvenes para acceder a la actividad agraria. Asimismo, abren la posibilidad de incorporar las frutas y hortalizas entre los perceptores de las ayudas directas, como se venía demandando desde la Junta, y, por otro lado, incluyen la creación de un programa sectorial para el olivar tradicional.
Diseño de los ecoesquemas
En respuesta a la solicitud de la consejera de Agricultura de Andalucía, los responsables del ramo de España han acordado posponer el debate sobre los ecoesquemas para así poder celebrar reuniones técnicas en las que se analice el diseño de este nuevo instrumento medioambiental que se incorpora en el próximo marco 2023/2027.
Durante su intervención en la Conferencia Sectorial de Agricultura y Desarrollo Rural de la pasada semana, Carmen Crespo expuso la necesidad de llevar a cabo un estudio detallado de esta herramienta teniendo en cuenta, por un lado, la diversidad agronómica y de territorios de España; y por otro lado, la importancia que tienen los ecoesquemas en la asignación de las ayudas directas. En concreto, el 23% de la dotación total de la PAC 2023/2027 depende de la aplicación de estos instrumentos.
El Gobierno andaluz apuesta por articular ecoesquemas atractivos con el fin de que se acojan a ellos el mayor número posible de agricultores y ganaderos, y que, de esta forma, España contribuya al cumplimiento de los objetivos medioambientales marcados por Europa.