Revista
Un estudio de la Universidad de Jaén (UJA) sobre la activación de transposones (secuencias de ADN que puede moverse de manera autosuficiente a diferentes partes del genoma de una célula) como factor principal en la evolución del genoma del olivo ha logrado el VI Premio Internacional Castillo de Canena de Investigación Oleícola "Luis Vañó", que convoca la prestigiosa empresa oleícola jiennense con el apoyo de la Universidad de Jaén y la Universidad de California en Davis (UC Davis) de Estados Unidos.
El trabajo premiado lleva por título "Transposon Activation is a Major Driver in the Genome Evolution of Cultivated Olive Trees (Olea europaea L.)" y tiene como responsables a: Francisco Luque Vázquez, catedrático de Genética de la Universidad de Jaén y director del estudio; Jaime Jiménez Ruiz, postdoctoral de la Universidad de Jaén; Jorge Antolín Ramírez Tejero, investigador en Genética, y Aureliano Bombarely, profesor asociado del Departamento de departmento de Biociencia de la Universidad de Milán (Italia).
En esta VI edición, el Jurado del el VI Premio Internacional Castillo de Canena de Investigación Oleícola "Luis Vañó" valoró un total de 7 trabajos presentados. Dicho Jurado estuvo presidido por el Rector de la Universidad de Jaén, Juan Gómez Ortega, y constituido por dos comisiones independientes: una de ellas, conformada desde la Universidad de Jaén, y la otra, desde la Universidad de California en Davis.
El estudio
En el trabajo "La activación de transposones es un factor principal en la evolución del genoma de los olivos cultivados (Olea europaea L.)" se pone de relieve que se ha encontrado una gran variabilidad genética en el olivo cultivado, como consecuencia de una importante activación de los TEs (elementos transponibles) durante el proceso de domesticación (propagación de los genotipos mejor cultivados). Adicionalmente, se han analizados muestras de ADN antiguo obtenidas de huesos de aceituna carbonizados, procedentes de cuatro excavaciones arqueológicas que se remontan a la época del Imperio Romano. El estudio de este ADN ha revelado que en ese período, los cultivares de olivo presentes en Andalucía probablemente procedían de la ruta norte del Mediterráneo, traídos por los romanos, debido a su parecido genético con los olivos de la zona de Italia y Grecia, y especialmente del levante español. Sin embargo, en la actualidad en Andalucía, la mayoría de cultivares están emparentados con olivos de la zona de Siria y, probablemente, proceden de la ruta sur del Mediterráneo y fueron traídos por los Árabes.