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La optimización del agua como recurso conduciría a Andalucía al pleno empleo. Esta es una las conclusiones del estudio que lleva por título "El Agua como catalizador de innovación en la Agricultura Andaluza. Gestión, Optimización y Reparto", realizado por iniciativa de DCOOP, y desarrollado por Juan Vilar Consultores Estratégicos. Esta investigación analiza la situación actual de los recursos hídricos de Andalucía, así como, las estrategias que seguir para optimizar su uso y mejorar su disponibilidad, teniendo en cuenta el impacto medioambiental, social y económico del agua.
El estudio fue presentado ayer 17 de marzo en Sevilla en el Palacio de Yanduri, sede territorial andaluza del Banco de Santander, entidad que ha colaborado en el acto de presentación, que ha sido clausurado por el Secretario General de Medio Ambiente, Agua y Cambio Climático de la Junta de Andalucía, Sergio Arjona.
En la inauguración del acto el director regional del Banco de Santander en Andalucía, Manuel de la Cruz, puso de manifiesto que Banco de Santander es sensible a las preocupaciones de sus clientes y la sociedad y en la agricultura y la ganadería el reto más relevante es una adecuada y eficiente utilización del agua. Ello posibilita la modernización, transformación, la innovación en biotecnología, sensorización, etc. y todo ello pasa por el agua y su uso optimizado.
Por su parte, y a continuación Antonio Luque presidente de Dcoop, explicó que dentro de las acciones estratégicas necesarias de aplicación, se destacan las siguientes: reutilización del agua; desalinización; modernización de los regadíos; aumento de la construcción de obras hidráulicas; construcción de nuevos embalses, incremento de capacidad de los existentes; así como construcción de depósitos de agua de lluvia destinada a riego; trasvases entre cuencas excedentarias y deficitarias; aumento de la reforestación y protección de los suelos; prevención de la contaminación del agua; la revisión de las dotaciones existentes; regulación de cánones por uso; o la mejora en la distribución del agua, entre otras.
La aplicación gradual de las citadas estrategias, bien de forma global, o a través de su uso planificado y escalonado, se produciría un efecto virtuoso en el medioambiente, y biodiversidad, pues los acuíferos gozarían de plena disponibilidad de caudal ecológico, con los efectos pertinentes en la fauna vegetal y animal. Del mismo modo, la economía agrícola mejoraría, los efectos sobre el PIB agrícola y ganadero le supondrían triplicarse de forma sólida y sostenible, pero, también lo haría como patrón valor, multiplicando, cuanto menos por cuatro, la valía de los activos agrícolas, transmitiendo dicha tracción al ámbito social, y especialmente al mercado laboral. De hecho, muy previsiblemente, se llegaría a la consecución del pleno empleo en nuestra comunidad, todo ello, en un plazo aproximado de no más de 10 años.
Tras ello, se organizó una mesa moderada por Juan Vilar, analista agrícola internacional, y en la que departieron como contertulios José Manuel Cepeda, presidente de Feragua; Agustín Rodríguez jefe de los servicios jurídicos de Areda; Álvaro Pallarés, empresario; y Jose Antonio Lara, responsable territorial de Santander Agro. En ella se puso de manifiesto que la agricultura y ganadería son sectores estratégicos dentro de nuestro país, situando tanto a España; como nación, como a Andalucía como comunidad entre las mayores potencias mundiales, tanto de cultivos temporales, como permanentes, de índole leñosa o no; no en vano, seríamos los mayores ostentores de superficie mundial de olivar, almendro, o vid, entre otros cultivos leñosos permanentes, sin olvidar, que en el ámbito del cultivo bajo invernadero, la posición mundial nos lleva al segundo puesto. En todo ello, juega un papel fundamental la disponibilidad y uso del agua como preciado recurso en el ámbito de la explotación agrícola. Igualmente se hizo referencia al informe Alentejo: a liderar a olivicultura moderna internacional, donde se establece en términos generales que la dotación de agua en la agricultura está ligada a un uso más racional de los recursos, lo que conduce a mejoras en el bienestar de las comunidades, a una gestión más sostenible del medio ambiente y la biodiversidad, a través de la participación de la investigación en el proceso productivo, y al fomento de la experiencia, el conocimiento y la formación de los agricultores. Por tanto, la irrigación del cultivo es sinónimo de bienestar social, mejora económica y responsabilidad medioambiental.
Por su parte, el Secretario General de Medio Ambiente, Agua y Cambio Climático de la Junta de Andalucía ha puesto en valor las actuaciones que está llevando a cabo su Gobierno en la presente Legislatura para modernizar la gestión del agua en la comunidad autónoma y sacar adelante todas las tareas pendientes. “Una acción que se ha materializado en el Pacto Andaluz por el Agua y que se ha traducido, hasta el momento, en 1.500 millones de euros invertidos en depuración, regeneración de aguas, abastecimiento en alta, eficiencia en el riego y restauración de cauces y a conservación de nuestras presas y embalses".
Asimimismo, Sergio Arjona recordó “la aprobación por parte del Gobierno autonómico en junio de 2021 del Decreto de Sequía que ha permitido actuar ya en algunos de los puntos de la geografía andaluza más afectados por la falta de agua”. “En menos de un año, la actual Junta ha movilizado una inversión de 17,8 millones de euros en emergencia para paliar la sequía”, afirmó.