Revista
Por Antonio Miranda Fuentes; Alberto Godoy Nieto; Gregorio Blanco Roldán; Jesús Gil Ribes. GI “Mecanización y Tecnología Rural”. E.T.S.I. Agronómica y de Montes. Universidad de Córdoba
La aplicación de fitosanitarios está de actualidad en el marco de la política medioambiental europea. De entre los retos que existen en este ámbito, la dosificación ocupa un lugar clave, debido a su gran impacto en el resultado final de los tratamientos. En España se dispone de una dosificación basada en la concentración del producto comercial en el depósito del equipo, y ocasionalmente se incluye el volumen recomendado por hectárea, respecto a lo que existe un consenso de que es insuficiente. No obstante, las indicaciones son vagas y, en cualquier caso, muy genéricas, con lo que los tratamientos gozan de un amplio grado de arbitrariedad. Esta circunstancia ha llevado a que exista un interés creciente en relacionar el volumen de aplicación con variables intrínsecas del cultivo, como su volumen de copa y la densidad de follaje.
Los criterios del nuevo marco legal europeo apuestan por el ajuste de la dosis aplicada a las características de los cultivos (“Crop Adapted Spraying” Directiva 128/2009/CE) y busca optimizar la dosis aplicada según diferentes parámetros propios de la geometría y del crecimiento del cultivo, evitando la aplicación excesiva de productos sin mejorar la eficacia de los tratamientos. Los criterios propuestos Tree Row Volumey el Leaf Wall Area se han terminado imponiéndose por su sencillez y vienen a esta caso, lo que, junto a la concentración, determina la dosis de producto fitosanitario por hectárea. No obstante, estos sistemas no solucionan los problemas existentes en olivar, y, en general para árboles globulares, puesto que están concebidos para cultivos en seto o espaldera.
Los aplicadores tienen dificultades para determinar los principales parámetros de la aplicación como la presión y a la velocidad de trabajo y les resulta demasiado complejo cumplir las indicaciones de las fichas técnicas de los productos.
Un uso sostenible de los fitosanitarios exige formación de los aplicadores, equipos en buen estado y conocimiento sobre los criterios de dosificación y de los parámetros de la operación que optimicen la aplicación y logren la adaptación de la maquinaria a las plantaciones. Sobre esto quiere actuar el Grupo Operativo andaluz Dosaolivar.
Puede leer el estudio completo en el número 177 de Oleo Revista.