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En un momento histórico en el que la población mundial supera con creces los recursos del planeta, la sociedad ha vuelto a poner el foco en la agricultura como principal fuente de subsistencia. Cada vez somos más conscientes de que debemos poner en valor el trabajo de la gente del campo y los recursos que nos proporcionan.
Por otra parte, la pandemia nos ha obligado a todos a hacer un paréntesis existencial y replantearnos nuestro modo de vida. Queremos cuidarnos más, alimentarnos mejor y, sin embargo, las frutas, las verduras, todo lo que proviene del campo, es cada vez más escaso. Basta con echar un vistazo a las restricciones alimentarias que el Reino Unido tuvo que ejecutar a finales de febrero y principios de marzo. No es ciencia ficción, tampoco es una distopía, se trata de un problema real que ya está llamando a la puerta de nuestros vecinos, podemos deducir que no tardará en llamar a la nuestra.
Todo este cambio social ha provocado que también las compañías tecnológicas y los fondos de inversión hayan vuelto su mirada hacia la agricultura y el campo. Cada vez surgen más fondos de inversión y empresas especializadas que han comenzado a financiar y desarrollar soluciones para el sector de Agrotech.
En Serve [The] PEOPLE hemos observado esta tendencia durante los últimos tres años. La expansión y el crecimiento de todo lo relacionado con foodtech y agrotech es constante. Y no es una simple moda pasajera, es una tendencia que ha venido para quedarse. Para hacernos una idea, solo en 2022, la inversión total en foodtech alcanzó los 260 millones de euros, el 88% de ellos se movió en mercados internacionales, pero en España se está reproduciendo también esta misma tendencia.
Una apuesta por el Agrotech
Estamos ante una apuesta por la transformación digital del campo, con una inversión muy potente que, lógicamente, tiene su reflejo en la captación de talento. De hecho, el impacto del desarrollo del Agrotech en la contratación de personal es tan evidente para Serve [The] PEOPLE, que a principios de año celebramos el primer encuentro de España entre expertos del sector y de los recursos humanos con el fin de analizarlo.
Los fondos de inversión y las empresas tecnológicas que se dedican a agrotech, foodtech e incluso a las energías renovables tienen una clara sensibilidad social y medioambiental. Se trata de empresas y fondos muy especializados y preocupados por la sostenibilidad. Por eso cuando llegan a nuestras manos para que les ayudemos a seleccionar talento, demandan personas capaces de empatizar con esa sensibilidad, que vivan y trabajen conforme a esos mismos valores, personas con una mentalidad green. Obviamente, nos solicitan perfiles de alto nivel, ingenieros, programadores, desarrolladores…pero en este caso diría que las soft skills son tan relevantes como la formación, la experiencia y los conocimientos. Se busca talento capaz de llevar el campo hacia una nueva era en cuanto a métodos de producción, trazabilidad y explotación, pero sin dejar de lado la preocupación por la sostenibilidad, el interés por la agricultura ecológica y los alimentos biológicos y saludables. El talento que se incorpora a este tipo de empresas debe ser green y tener una empatía, una sensibilidad y unos valores muy especiales.
Puede leer este artículo completo en el número 192 de Óleo.