Entre los meses de octubre de 2013 y marzo de 2014, Estados Unidos ha importado un total de 45.752 toneladas de aceites de oliva de España, según datos de las Aduanas de Estados Unidos, lo que supone un crecimiento del 52,7% sobre la media de importaciones de las últimas cinco campañas. De este modo, el país norteamericano se afianza como el segundo cliente mundial de España, tras Italia.

Con 29.128 toneladas en los tres primeros tres meses de este 2014, la cuota de participación en ese mercado alcanza el 40% del total de las importaciones, “un récord histórico para un mercado importantísimo para nuestro sector”, según señalaba Manuel Alfonso Torres, vocal de la Junta Directiva de la Interprofesional del Aceite de Oliva, durante la inauguración de The Good Life Embassy en Chicago. Según sus palabras, “por esa razón estamos hoy aquí, porque el mercado norteamericano es estratégico para nosotros, como tercer consumidor mundial de aceites de oliva, tan sólo por detrás de España e Italia”.

Se trata de una acción promocional que trata de afianzar la imagen de España como líder mundial por calidad y cantidad de aceites de oliva producidos y comercializados. “The Good Life Embassy es ante todo un escaparate de la calidad de nuestros vírgenes extra, los aceites más premiados del mundo, como ya hemos mostrado con anterioridad en México, Francia, Rusia, Alemania y Reino Unido; como hacemos hoy aquí y haremos próximamente en Brasil, China, Japón y Australia”, indicaba Torres. Para llegar al consumidor norteamericano se ha elegido una de las principales muestras gastronómicas del país, la Taste of Chicago, que este año llega a su edición número 34.

A lo largo de cinco días, los miles de visitantes que cada año congrega este encuentro gastronómico han podido descubrir los vírgenes extra españoles a través de varios talleres en los que la tapa se erige como gran protagonista. Talleres en los que el embajador de Aceites de Oliva de España, Diego Guerrero, ha demostrado la versatilidad del producto y en los que cuenta con la colaboración del embajador local, el cocinero Marc Murphy.