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Un grupo de investigadores de la Universidad de Jaén (UJA) ha constatado la presencia en tres variedades de aceite de oliva virgen extra (AOVE) de la provincia de Jaén, del ácido graso nitrooléico, de probada función antiinflamatoria, preventiva de aterosclerosis y de otras enfermedades cardíacas.
Se trata de un estudio recientemente publicado en la revista Plos One, “Olives and olive oil are sources of electrophilic fatty acid nitroalkenes”, en colaboración con investigadores del Centro de Investigaciones Biomédicas (Ceinbio) de Montevideo (Uruguay) y del Departamento de Toxicología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos).
En un proyecto conjunto desde 2004, respaldado por el entonces presidente de Citoliva y actual rector de la UJA, Manuel Parras Rosa, y liderado por Juan Bautista Barroso Albarracín, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Jaén, en el que también trabajan los investigadores Beatriz Sánchez Calvo, Capilla Mata Pérez, María Nieves Padilla, Juan Carlos Begara y Raquel Valderrama Rodríguez, se ha logrado detectar el nitrooléico, que es el ácido graso básico mayoritario nitrado, tanto en la aceituna, como en el aceite de oliva virgen extra de tres variedades representativas de la provincia de Jaén (picual, arbequina y frantoio), siendo la variedad picual en la que mayor contenido tiene.
Juan Bautista Barroso comenta que en el caso del aceite de oliva, “sabíamos que existía una serie de componentes minoritarios que tienen propiedades antiinflamatorias, que afectan a la salud cardiovascular. Pero no se había podido discriminar qué componentes del aceite realmente son responsables de ese tipo de acciones”. Los ácidos grasos nitrados fueron descubiertos en mamíferos en 1994, por investigadores del Centro de Investigaciones Biomédicas (Ceinbio) de Montevideo.
En 2004, comenzó una colaboración del Grupo de Bioquímica y Señalización Celular de la Universidad de Jaén con este equipo de científicos uruguayos, que disponían de un potente espectrómetro de masas, capaz de reconocer la molécula de ácido graso nitrado en el aceite de oliva virgen extra, es decir, en vegetales. En este hallazgo colaboró la investigadora de la UJA Beatriz Sánchez Calvo, que en la actualidad realiza una estancia posdoctoral de dos años en el Ceinbio de Montevideo.
Bautista Barroso asegura que las propiedades antiinflamatorias y de señalización cardiovascular de esta molécula están extensamente demostradas. “Ya no se trata ya de decir que el aceite de oliva virgen extra es magnífico, que tiene propiedades antiinflamatorias y cardiovasculares, como complemento nutricional, sino que tiene un valor añadido de salud”, apostilla.