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Es necesario reforzar los controles y la investigación para evitar que la bacteria de la Xylella fastidiosa se propague más allá de la zona localizada actualmente, en la Apulia italiana. Además, la UE debería destinar partidas económicas a esta investigación y a los olivares ya afectados o que puedan ser víctimas en un futuro de la Xylella. Ésta es la conclusión a la que se ha llegado en la jornada “La amenaza de las enfermedades en el olivar: Xylella fastidiosa y Verticilium dahliae”, organizada por Asaja-Jaén y a la que han asistido más de 400 agricultores.
En este encuentro, celebrado en Ifeja Jaén, se han estudiado dos de las enfermedades más letales que afectan al olivar, el Verticilium dahliae y la Xylella fastidiosa, de la mano de dos de los investigadores del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), como son Miguel Montes y Rafael Jiménez Díaz, este último, además, presidente de la Asociación Española de Sanidad Vegetal.
Referente a la Xylella, Jiménez Díaz ha dejado claro que la causa una estirpe muy específica de la Xylella fastidiosa, que es la subespecie pauca y que, sobre ella se centran actualmente todas las investigaciones del CSIC para su detección y protocolo diagnóstico. El investigador ha señalado que la Xylella destruye, “y destruye el árbol adulto y el jovencito” y que el peligro reside en la facilidad de propagación, a través de los insectos “que chupan el xilema del árbol y mantienen la bacteria en su aparato bucal”. “Son insectos que existían antes de la bacteria y existirán, pero que deben de ser diana, ser reducidos en población, para mermar la magnitud del efecto de contagio en los casos en que sea necesario”, ha apuntado. Rafael Jiménez ha puntualizado también que el agricultor, por ley, debe de denunciar si sospecha de un árbol o explotación afectada. “Es su obligación”, ha dicho.
En cuanto al Verticilium, un viejo conocido ya entre los agricultores y para el que aún no hay remedio definitivo, se ha explicado el medio de transmisión y cómo evitar posibles contagios del hongo, además de repasar cómo estaba la situación en los años ochenta, cuando comenzó a conocerse la enfermedad, y en qué punto nos encontramos ahora, momento en el que, si bien no hay solución global, sí algunos métodos para reducir el impacto de la enfermedad en el árbol y evitar contagios innecesarios a través del suelo o de plantas ya infectadas.
Además de Jiménez Díaz y Miguel Montes, también han intervenido en las jornadas Juani Nieto y Dolores Peña, que han presentado el Centro de Asesoramiento Técnico Agrario Olivarum, de la Fundación Caja Rural.