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A lo largo del primer semestre del año, la firma Deoleo facturó un total de 410,2 millones de euros, un 14,9% más que en el mismo periodo del año anterior. Según indican desde la propia compañía, esta subida se debió fundamentalmente al incremento del precio del aceite de oliva en origen, que está registrando el periodo alcista más largo de los últimos años, con subidas de cerca del 60% para el virgen extra y del 58% para el lampante con respecto a junio de 2014.
El Ebitda del semestre fue de 23 millones de euros, un 44,2% por debajo del resultado del mismo periodo del año anterior. Los elevados precios en origen y la imposibilidad de trasladar estas subidas de forma inmediata al consumidor han producido la consiguiente erosión de los márgenes. Así, frente a una subida del coste de la venta del 30%, los precios de venta unitarios solo se han incrementado un 15%.
La erosión de los márgenes, que ha impactado en el margen bruto, ha dado lugar a un resultado neto negativo de 15,5 millones. Aun así, con respecto al resultado del primer semestre de 2014 (25,5 millones de euros menos), supone una reducción de las pérdidas de un 39,1%. En cuanto a la deuda financiera neta, se situó en 542,9 millones, un 10,9% más que en diciembre de 2014 por las necesidades de aprovisionamiento a un precio muy superior.
Desde la compañía señalan que el mercado del aceite de oliva atraviesa un momento complicado, especialmente en España, donde las marcas de la distribución, con una política de precios muy agresiva, han ganado 5 puntos porcentuales de cuota de mercado en volumen. Ante esta situación, añaden, los fabricantes no han podido trasladar al consumidor en su totalidad la fuerte subida de los precios en origen, por lo que el consumo se ha mantenido o al menos no ha caído de manera significativa. Así, con respecto a junio de 2014 el consumo se redujo en España un 8,8%, mientras que en Italia subió un 1,5%. También en Estados Unidos el consumo se resintió un 2,4%, mientras que en los países del sudeste asiático se mantuvo una tendencia positiva, lo que compensó la caída del consumo a nivel global.