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Desde este mes entra en vigor el proyecto Biosnap, del programa Horizonte 2020, centrado en la creación de envases biosostenibles. El proyecto, cuya dotación es de 2,8 millones de euros, está coordinado por la Easysnap Technology de Módena, en Italia, y cuenta con la colaboración de la Asociación para la investigación desarrollo e innovación del sector agroalimentario (Aidisa), además de otro centro de investigación ubicado en Lituania (Medaus Pirkliai).
El proyecto nace como respuesta a la creciente demanda de envases bioplásticos, ante la emergencia climática y a tenor de los datos que indican que el 40% del plástico se emplea para hacer envases que se desechan en apenas unos días. El objetivo es lograr una alternativa sostenible a los envases convencionales que cuente con las mismas ventajas para el consumidor. Se trata de un mercado en auge, con un crecimiento del 20% anual y al que ya se están sumando muchas grandes empresas para posicionar sus productos dentro del sector ecológico. Se trata, también, de una demanda de los consumidores europeos: el 80% quiere comprar productos que tengan un impacto mínimo en el medio ambiente, y estaría dispuesto a aceptar un cargo adicional en su bolsa de compras por un embalaje sostenible.
El objetivo del proyecto Biosnap es proporcionar un envase de dosis unitaria sostenible listo para el mercado, 100% biológica, para aplicaciones alimentarias, entre ellas el aceite de oliva. El envase estará hecho de materiales biodegradables y compostables. El proyecto finalizará en abril de 2022.