Revista
El Consejo de la UE adoptó, el pasado 7 de abril, un reglamento para facilitar la utilización de aguas residuales urbanas en el riego agrícola. Las normas se han establecido con el fin de adaptarse a las consecuencias del cambio climático.
El reglamento mejora la disponibilidad del agua y fomenta su uso eficiente, garantizando que haya suministro suficiente para el riego agrícola, en particular durante las olas de calor y las sequías más intensas. De este modo, se evitarán grandes pérdidas en las cosechas y se luchará contra la escasez de alimentos. Cada Estado miembro tendrá la potestad de decidir si procede o no el empleo de agua regenerada para el riego agrícola en todo o parte de su territorio.
"Los recursos hídricos de la Unión se encuentran bajo una presión cada vez mayor, lo cual da lugar a problemas de escasez de agua y a un deterioro de su calidad", establece el Consejo en el escrito, reflejando su postura, "La capacidad de la Unión para responder a las presiones crecientes sobre los recursos hídricos podría mejorar mediante una mayor reutilización de las aguas depuradas, limitando la extracción de las masas de agua superficiales y de las masas de aguas subterráneas, reduciendo el impacto de los vertidos de aguas depuradas en las masas de agua y fomentando el ahorro de agua a través de los usos múltiples de las aguas residuales urbanas".
El reglamento, aún pendiente de aprobación por parte del Parlamento Europeo, puede consultarse a través de este enlace.