Revista
Por Juan Manuel Pérez Rodríguez; Mª del Henar Prieto Losada; Encarnación Lara Carrasco. Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (CICYTEX)
En este artículo se hará un repaso de experiencias realizadas en CICYTEX que nos llevan desde el olivar tradicional de secano hasta el superintensivo, incidiendo principalmente en dos prácticas fundamentales: el riego y la poda. Cada uno de estos trabajos ha sido pionero en su momento y a día de hoy aportan una información sólida y contrastada con ensayos de media y larga duración, con el atractivo de haber sido realizados en Extremadura y por tanto, adaptados a estas condiciones de cultivo.
El olivar es el cultivo con mayor superficie agrícola en Extremadura situándose en 283.416 ha. A pesar de que durante años ha sido un cultivo tradicional de secano, en la actualidad en la región la superficie en riego se sitúa en el 20,7%. Se trata sin duda de un caso singular en la agricultura ya que la aparición de nuevos sistemas de cultivo no ha supuesto la sustitución y retroceso de los anteriores, de forma que en la actualidad encontramos en explotación sistemas tradicionales (50,4%), junto con olivares intensivos (41,7%) y superintensivo o en seto (7,9%).
El riego ha tenido mucho que ver con la aparición de estos nuevos modelos de olivar, ya que ha abierto el camino a la intensificación y posterior mecanización, pero también ha supuesto el incremento del potencial productivo de plantaciones tradicionales hasta límites “a priori” inalcanzables.
Potencial productivo de olivares tradicionales
En el año 1998 se inició un ensayo sobre riego y poda, establecido en un olivar comercial tradicional de secano de la variedad “Picual” con un marco de plantación de 10 x 10 m que se mantuvo a lo largo de 10 años (Foto 1). El planteamiento del ensayo era determinar el potencial productivo de dicho olivar tanto en condiciones de secano, como tras la transformación en riego. En el caso del secano la cuestión fundamental era estudiar si las prácticas de poda “tradicionales” eran las adecuadas para alcanzar la máxima producción posible, mientras que en el riego era necesario modificar las prácticas de poda para alcanzar el nuevo potencial productivo proporcionado por el riego. En ambos casos la estrategia para aumentar la producción era aumentar el volumen de copa productivo mediante podas mínimas cada 4 años y consistentes en limpieza de la copa (“no poda”) frente a las podas tradiciones y severas de la zona (“poda”). Así, los tratamientos realizados fueron: "riego no poda", "riego poda", "secano no poda" y "secano poda". Como se puede ver en el Cuadro 1, el mayor volumen de copa se consiguió en el caso del olivar de “riego no poda” y el menor en el “secano poda”, mientras que los otros dos tratamientos tuvieron volúmenes similares, intermedios con los anteriores.
Tiene disponible el estudio completo en el nº 180-181 de Óleo.