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La pandemia del Covid-19 ha provocado una grieta de 2.000 millones de euros en el aceite de oliva italiano debido al cierre de bares restaurantes y agroturismos, la reducción del turismo y los obstáculos a las exportaciones. Es la conclusión que surge de un análisis de la asociación agrícola Coldiretti y presentado en la asamblea de Unaprol, la Interprofesional del aceite de oliva italiano.
El impacto producido por el bloqueo del canal Horeca ha tenido impacto sobre más de 400.000 almazaras en Italia así como sobre las 43 Denominaciones de Origen Protegidas y las 4 IGPs italianas, afectando un patrimonio de 250 millones de plantas y 533 variedades de aceitunas. También ha influido el descenso de los precios en origen que en Italia ha descendido a los valores más bajos registrados desde 2014, una tendencia, según indica Coldiretti, causada por "las abundantes existencias de aceite de origen español que a menudo se hacen pasar por italianos, debido a la falta de transparencia del producto del mercado".
En ese sentido Coldiretti denuncia que las botellas de AOVE obtenido de aceitunas extranjeras para la venta en supermercados muy raramente se indica que se trata de una "mezcla de aceites", como exige la ley de etiquetado, o bien se muestra en carácteres muy pequeños y en posiciones difíciles de ver para el consumidor. Dichas prácticas constituyen "un grave daño económico y de imagen para el olivar de Italia", que, según el informe, amenazan con arruinar los buenos resultados obtenidos a nivel de producción, que duplicaron la cantidad obtenida la pasada campaña con 365 millones de litros.
Finalmente, para tratar de paliar las consecuencias de la crisis, Coldiretti ha elaborado un paquete de medidas extraordinarias para apoyar a las empresas agrícolas, incluyendo mecanismos de flexibilidad para la certificación de productos de calidad a partir de DOP, y reclamando asimismo un plan de promoción y comunicación para recuperar las exportaciones.