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Una alimentación saludable es clave en la prevención de enfermedades crónicas como patologías cardiovasculares, afecciones neurodegenerativas, diabetes tipo 2 o ciertos tipos de cáncer. Una herramienta útil para facilitar las elecciones alimentarias de los consumidores es el etiquetado nutricional basado en la evidencia científica. Con el fin de abordar la situación actual de este etiquetado y su importancia en la salud y la seguridad alimentaria, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) organizan el curso "Hacia un enfoque integral del etiquetado nutricional de alimentos". Expertos de diferentes campos se darán cita virtualmente, entre el 19 y el 23 de octubre, para proporcionar información frente a los bulos alimentarios que pueden confundir al consumidor.
En el curso se abordarán, entre otros temas, los diferentes modelos de etiquetado, los retos y oportunidades en la traslación de la investigación a la legislación alimentaria, los complementos alimenticios y el etiquetado de transgénicos. Las jornadas están destinadas tanto a los futuros profesionales del sector como a un público general con titulación universitaria. El curso contará, entre sus ponentes, con el bioquímico José Miguel Mulet, investigador en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP-CSIC-UPV); la farmacéutica Gemma del Caño, autora del blog Farmagemma, en el que desmiente bulos relacionados con la seguridad alimentaria, y Marta del Valle, directora de la revista Buenavida, de El País.
En España, las etiquetas de los productos alimentarios reflejan información sobre ingredientes, propiedades, información nutricional, efectos sobre la salud, alérgenos, caducidad y cantidad neta. Dicha información permite al consumidor tomar decisiones para un uso seguro de los alimentos.
No existe, sin embargo, un único modelo de etiquetado. Reino Unido propone el semáforo nutricional; en los países escandinavos usan la etiqueta para alimentos saludables keyhole; en los Países Bajos usan el modelo choices, y en Francia usan Nutriscore, que está en proceso de implementación en España.