Revista
Fundación Global Nature, con unos objetivos ambiciosos pero muy concretos ha puesto en marcha el Observatorio de la Biodiversidad Agraria (OBA), cofinanciado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico a través de la Fundación Biodiversidad. Esta es una apuesta por mejorar el disperso conocimiento sobre los impactos de los manejos agrarios en la biodiversidad y dar pasos seguros hacia una agricultura que cuide de la naturaleza y produzca alimentos saludables, a la vez que resulte rentable.
FGN apuesta por la ciencia participativa para la primera fase en la que creará una red de monitoreo que permita diagnosticar a gran escala el estado de la biodiversidad agraria actual. La ciencia participativa (o ciencia ciudadana) se reconoce como una metodología con una gran capacidad para poder desarrollar estudios de biodiversidad a grandes escalas. El trabajo de recogida versará sobre información de organismos con un alto valor bioindicador, esto es, polinizadores, fauna del suelo y flora, considerando también el contexto del paisaje, con una metodología capaz de evaluar el impacto de las prácticas agrarias en la biodiversidad y visibilizar los logros que los esfuerzos en materia de biodiversidad y sostenibilidad tienen en la materia.
Para ello, se ha calibrado una metodología rigurosa que dé solidez al trabajo de los ciudadanos, convertidos en observadores formados responsables de ejecutar unos protocolos diseñados por FGN en colaboración con el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN). Toda la información será revisada por validadores, para revisar la coherencia y calidad de los datos aportados según el contexto temporal, geográfico y la verosimilitud de las observaciones. Los datos recopilados están siendo volcados en una base de datos propia gracias a herramientas digitales (APP y Web) y se publican en abierto periódicamente.
Contribución ciudadana
Para participar en el OBA los usuarios se registran mediante la herramienta web o la App y se introducen los datos sobre las parcelas en las que se realizan los muestreos. Cada parcela debe registrarse respondiendo a un cuestionario sobre los datos agronómicos, de manejo y de la ubicación de la parcela. Las contribuciones se revisan por validadores para garantizar la calidad y coherencia de los datos introducidos. La utilización de metodologías sencillas y adaptadas para usuarios no especializados, dentro de un diseño robusto, calibradas en contextos reales y validadas permite realizar estudios de alto interés para la conservación, evaluación de impacto ambiental, evaluación del medio agrario, desarrollo de políticas agrarias y territoriales.
A partir de marzo la red del OBA se abrirá al público. Se invita a todos los colectivos, agricultores y organizaciones a participar. Y se realizarán actividades de formación y difusión para todos los interesados.