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La Alianza por una Agricultura Sostenible (ALAS) prosigue la hoja de ruta de la presentación de sus líneas estratégicas a los responsables de Agricultura de las Comunidades Autónomas. La Consejera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica de la Comunidad Valenciana, Mireia Mollà, ha recibido presencial y virtualmente a los socios y colaboradores de la Alianza a nivel nacional y autonómico, manifestando su apoyo en la comunicación a la sociedad del modelo de agricultura y ganadería sostenibles que impulsa. “Se están planteando muchas exigencias al modelo de producción agrícola y algunas propuestas carecen del estudio de impacto necesario para lograr su viabilidad”, ha declarado Mollá, quien ha añadido que “tendremos el criterio de ALAS muy en cuenta. En el esfuerzo de comunicar a la sociedad, contad con la Consejería”.
La consejera ha valorado positivamente “la trasparencia y la proactividad en el impulso a la sostenibilidad agrícola por parte de ALAS” y ha manifestado que la sociedad ha tomado conciencia del compromiso del sector de la producción de alimentos con la casa común: la salud y el medio ambiente”.
Por su parte, el presidente de ALAS, Pedro Gallardo, ha expresado que “las explotaciones agrarias y ganaderas han sufrido una profunda transformación y por eso, impulsamos su sostenibilidad de las mismas apostando por aplicar los avances en innovación, digitalización y edición genética, basadas en la evidencia científica, con el objeto de poner a disposición de los agricultores variedades mejor adaptadas a las crecientes temperaturas, la sequía o la salinidad, así como materias activas respetuosas con el medio ambiente que permitan combatir eficazmente las plagas y enfermedades”.
Entre las conclusiones vertidas por el resto de representantes de ALAS, es el fomento de la proactividad en comunicar a los ciudadanos del sistema de producción de alimentos en la Unión Europea (UE), el más garantista del mundo, el énfasis de que no existe sostenibilidad sin competitividad, la necesidad de herramientas científicas para poder competir y estudios de impacto para saber cómo determinados objetivos de la Estrategia “Del campo a la mesa” afectarán a nuestra agricultura y ganadería, y un marco regulatorio europeo estable y seguro para evitar la pérdida de herramientas innovadoras para afrontar los desafíos del Pacto Verde Europeo y el Cambio Climático.