Revista
A pesar de la sucesión de restricciones y las pérdidas de empleo, los consumidores de nuestro país comienzan poco a poco a recuperar la confianza, aunque esta todavía se encuentra en términos negativos, según la primera edición de 2021 del Informe Perspectivas del Consumidor de Kantar que, de manera cuatrimestral, analiza la confianza del consumidor español en torno a la economía propia y del país.
Se ha podido observar, que en el primer periodo de 2021 continúa la tendencia de mejora iniciada a finales de 2020 y se sitúa en -16, tres puntos más que en el trimestre anterior. Este leve crecimiento es resultado de una mejora de los 4 componentes del índice:
1.- La valoración de la situación económica de los hogares continúa en la tendencia positiva existente desde 2013, aunque ralentizada, y es el parámetro que mejor evolución tiene.
2.- La previsión sobre la situación económica del hogar continúa acercándose lentamente a los valores positivos y crece 2 puntos en este periodo.
3.- Se mantiene la percepción sobre el momento para realizar grandes compras: las incertidumbres, inevitables en la situación anormal actual, están lastrando la recuperación de la confianza en este ámbito.
4.- La valoración de la situación del país se mantiene en niveles muy negativos, siendo la principal fuente de incertidumbre en este momento.
El temor a perder el empleo llega a su valor más bajo desde 2010
En este proceso de normalización de la situación, observamos un aumento en el nivel de confianza en el empleo propio. Aquellos que tienen empleo lo ven como algo seguro, ya lejos del miedo a los efectos de la crisis Covid-19: 8 de cada 10 españoles creen que hay pocas o ninguna posibilidad de perder el empleo en los próximos 6 meses. De esta forma, el porcentaje de españoles que considera que su empleo está en riesgo llega a su nivel más bajo desde 2010: solo el 7% así lo declara.
6 de cada 10 españoles creen que mantendrán su nivel de ingresos en los próximos meses
De manera paralela, la percepción de seguridad en los ingresos retorna a la normalidad, con valores muy similares a los registrados antes del Estado de Alarma y casi dos tercios (62 %) de los consumidores españoles creen que su nivel de ingresos se mantendrá. Los que creen que sus ingresos pueden disminuir descienden a un 9 %, una tasa que podría calificarse de “normal”. Las perspectivas de aumento están en el valor mínimo desde 2009 (2 %), indicador claro de que la crisis de la Covid-19 se ha convertido en una época de “expectativas congeladas”.
Desempleo
Más allá de la situación personal, en lo que respecta al desempleo en general la opinión mayoritaria es pesimista y se cree que el desempleo va a crecer: así lo expresa el 42 % de la población. Sin embargo, empieza a detectarse que la opinión pública percibe que lo peor puede haber pasado y un 35 % declara que el próximo año habrá menos desempleo, en línea con lo observado en el trimestre anterior.
El impacto de la Covid-19 se hace patente con una demanda del consumo por debajo de lo normal
En las actitudes ante el consumo se aprecia la escisión social que se ha producido a causa de la Covid-19: por un lado, un 64 % de los españoles creen que pueden mantener sus niveles de consumo, cifra que se ha recuperado tras el impacto del Estado de Alarma y que evoluciona de manera similar a la confianza en el empleo propio. Y por otro lado, casi un tercio de los consumidores (39 %), creen que deben reducir gastos. Aunque esta cifra ha bajado respecto al periodo anterior muestra una demanda de consumo por debajo de lo normal.
Desaparece la preferencia por probar marcas
Del mismo modo, la preferencia por las marcas continúa en su tendencia “conservadora” y desaparece totalmente la preferencia por probar marcas nuevas.
Los consumidores españoles se muestran por igual predispuestos a comprar marcas conocidas debido a la seguridad que transmiten (37 %) y marcas de la distribución gracias a su menor precio (36 %). Un 24 % se siente más predispuesto a probar entre varias marcas y no se registran menciones a "probar marcas nuevas". Son tiempos de seguridad (marcas conocidas), ahorro (marcas de la distribución) y reducción de incertidumbres (evitar experimentos con marcas nuevas).