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Cooperativas Agro-alimentarias de España valora el acuerdo alcanzado sobre la futura PAC, que asegura un marco estable hasta 2027. El acuerdo es muy ambicioso desde el punto de vista medioambiental y la clave estará en cómo se gestionarán las intervenciones para que el sector productor pueda afrontar el nuevo modelo de sostenibilidad medioambiental, siendo rentable y competitivo. En este sentido, el acuerdo cita expresamente la “necesidad de mejorar la posición de los agricultores en la cadena alimentaria, fomentando las formas de cooperación entre los agricultores”, lo que invita a los Estados miembros a reforzar el cooperativismo agroalimentario.
Reconocemos el esfuerzo realizado por las instituciones para alcanzar el acuerdo tras años de negociación, y aceptamos que la nueva PAC será muy exigente desde el punto de vista medioambiental. A partir de ahora hay que trabajar en la elaboración de los planes estratégicos PAC en los Estados miembros, en particular, en España.
Pese a las críticas de determinadas organizaciones medioambientalistas, la ambición medioambiental de este acuerdo es muy elevada, y el éxito para conseguir los objetivos no sólo depende de un marco exigente para la producción, que lleva años mejorando y reduciendo su impacto medioambiental, sino del diseño de intervenciones para vertebrar al sector productor económicamente y prepararlo para el cambio y, al mismo tiempo, lograr que la sociedad comprenda y valore la nueva producción, especialmente ante importaciones y producciones menos sostenibles.
Ángel Villafranca, presidente de Cooperativas Agro-alimentarias de España, ha señalado que “el Pacto Verde y esta PAC son un reto de todos, y no se alcanzarán los objetivos únicamente con reglamentaciones más estrictas si no se resuelve el dilema del cambio climático frente a la rentabilidad. Las cooperativas agroalimentarias estamos dispuestas a ser el instrumento de generación de riqueza para nuestras productoras y productores y de apoyo en la transformación del modelo productivo, y para ello necesitamos coherencia entre las políticas”.
El acuerdo habilita intervenciones fundamentales para afrontar el cambio con sostenibilidad económica y que deberían integrarse en el Plan Estratégico PAC español. Las intervenciones sectoriales que implantan programas operativos desarrollados por organizaciones de productores similares a los de frutas y hortalizas son un instrumento clave para estructurar al sector ante el mercado. Por otro lado, existe incertidumbre en el diseño de los eco-esquemas, que abarcarán al menos el 25% de los pagos directos, creemos que una aplicación colectiva de los mismos facilitará el acceso y una aplicación eficiente para los productores, así como un mayor impacto positivo en el medioambiente. También valoramos que la reglamentación comunitaria tenga en cuenta la especificidad cooperativa a la hora de aplicar el capping o la limitación de los pagos, el pago redistributivo y el régimen de jóvenes, reconociendo así el valor del cooperativismo para afrontar el futuro.
Sin embargo, lamentamos que se haya perdido una oportunidad en la OCM de mercados agrarios de introducir la obligación para que las importaciones respeten los mismos requisitos LMR que las producciones comunitarias, quedándose relegada a una mera declaración política. Tampoco ha sido positivo la no inclusión de la prohibición de la venta a pérdidas, instrumento clave para evitar la destrucción de valor en la cadena alimentaria.
La inversión pública en la agricultura y la ganadería, la vertebración del sector productor, la gestión de los mercados y la reciprocidad de las importaciones sobre el nuevo modelo de sostenibilidad, deberán ser elementos claves en el nuevo marco para para poder alcanzar los objetivos del Pacto Verde de la UE. Para ello se deben utilizar las intervenciones de manera adecuada y ambiciosa en el futuro plan estratégico PAC-España, siendo capaces de mirar al futuro y acompañar al sector hacia el cambio.