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Un equipo del Departamento de Agronomía de la Universidad de Córdoba ha desarrollado un nuevo indicador, denominado la 'huella del suelo', que mide cómo distintos cultivos agrícolas afectan a la erosión del suelo, con el objetivo de concienciar y promover soluciones sostenibles. Este método, definido formalmente por los investigadores Andrés Peñuela, Vanesa García Gamero y Tom Vanwalleghem, del grupo de Hidrología e Hidráulica Agrícola de la Unidad de Excelencia María de Maeztu, evalúa la pérdida de suelo agrícola dividiendo la tasa de erosión por la productividad del cultivo.
El olivar: el cultivo con mayor 'huella del suelo'
El estudio revela que el olivar es el cultivo que genera la mayor 'huella del suelo' en España, es decir, es el que más erosión provoca en relación con su productividad. Este dato es significativo, ya que el olivar es un motor económico clave y un símbolo cultural en España. A pesar de ello, los investigadores enfatizan que la solución no radica en reducir los olivares, sino en implementar técnicas de manejo que mitiguen el impacto de la erosión, como el uso de cubiertas vegetales. Estas estrategias, ya comprobadas en estudios previos, pueden reducir significativamente la pérdida de suelo en los olivares mediterráneos, disminuyendo su huella ecológica.
En el extremo opuesto del estudio, cultivos como la cebolla, la patata y la naranja presentan una menor huella de suelo, mostrando que son más sostenibles en términos de erosión.
Un nuevo enfoque para medir la sostenibilidad en la agricultura
La 'huella del suelo' es un concepto similar a la 'huella de carbono' o la 'huella hídrica', pero se centra en el impacto sobre el suelo agrícola, un recurso limitado y vital para la producción de alimentos. La erosión del suelo no solo reduce la capacidad de producir alimentos, sino que también provoca la pérdida de nutrientes, biodiversidad y la capacidad de retención de agua.
Este nuevo indicador, que se incluye en la estrategia comunitaria 'Un pacto del suelo para Europa', tiene como objetivo facilitar la comunicación de los problemas de erosión para involucrar a todos los agentes en la preservación del suelo. Según el equipo investigador, el reto es que conceptos como el de la 'huella del suelo' se popularicen en la sociedad para que, al igual que sucede con el agua o la energía, los consumidores sean más conscientes del impacto ambiental de los alimentos que eligen.
Colaboración y acción para proteger el suelo
El equipo de la Universidad de Córdoba insiste en la necesidad de colaboración entre la comunidad científica, el sector agrícola, los gobiernos y los consumidores para reducir la erosión y proteger los suelos. La introducción de técnicas sostenibles en el sector agrícola, junto con políticas que promuevan su adopción y la demanda de alimentos producidos de manera respetuosa con el medio ambiente, son claves para avanzar hacia un modelo más sostenible.
La ‘huella del suelo’ representa una herramienta sencilla para cuantificar y comunicar el impacto de los cultivos en la erosión, con la esperanza de que impulse prácticas agrícolas más sostenibles y conscientes del valor del suelo, un recurso fundamental para el futuro de la agricultura.