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La falsificación de fertilizantes y plaguicidas representa una amenaza significativa para la salud pública y la seguridad alimentaria a nivel mundial. Mejorar la trazabilidad de estos productos es crucial para infundir confianza en los consumidores y proteger toda la cadena alimentaria, especialmente en contextos de alerta sanitaria como la reciente contaminación de fresas del norte de África con hepatitis A.
Impacto del fraude en la agricultura
El Gobierno Español destinó 300 millones de euros el año pasado para apoyar a los agricultores ante la subida de precios de los fertilizantes, situación que ha fomentado la proliferación de mafias y productos fraudulentos. Casos recientes en España se han visto casos de fabricación de fertilizantes para el cannabis sin licencia en Alicante, un fraude de ayudas europeas a través de COAG para obtener hasta 400.000 euros en subvenciones o, incluso, la fabricación de un supuesto medicamento contra el cáncer usando fertilizantes agrícolas en Oviedo.
Un problema global
La falsificación de plaguicidas y fertilizantes afecta a cultivos de todo el mundo, incluso en regiones con regulaciones estrictas. Según la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), entre el 10% y el 15% de los plaguicidas en los últimos años han sido ilegales, alcanzando hasta el 25% en algunos casos. No obstante, los países emergentes se encuentran aún más expuestos: en China y en India se estima que los plaguicidas falsificados representanaproximad amente el 30% del mercado; y en África, entre el 15 y el 20%, con puntos críticos en Egipto y África Occidental, donde se calcula que el 40% de los agroquímicos son falsos.
La importancia de la trazabilidad
Mejorar la trazabilidad de fertilizantes y plaguicidas no solo asegura productos libres de enfermedades, sino que también fortalece la confianza en toda la cadena alimentaria. La reciente alerta sanitaria con fresas contaminadas subraya la necesidad de utilizar fertilizantes y plaguicidas seguros para prevenir la propagación de enfermedades.
Beneficios de las medidas antifalsificación
La implementación de medidas de seguridad contra la falsificación permite a los agricultores demostrar el uso de productos legales, lo que les otorga una ventaja competitiva y evita sanciones. Las falsificaciones imitan cada vez mejor la apariencia de los productos originales, poniendo en riesgo la credibilidad y economía de los agricultores, así como la agricultura sostenible y la salud del consumidor.
Colaboración y tecnología
Para combatir la falsificación, es esencial la cooperación entre autoridades, aduanas, policía y organismos reguladores. SICPA ofrece herramientas eficaces para proteger la trazabilidad de los productos fitosanitarios, utilizando etiquetas de seguridad con medidas visibles e invisibles, códigos QR dinámicos y tinta raspable.
Protección de la inversión en investigación
Desarrollar un nuevo pesticida requiere años de estudio y una inversión considerable. Este esfuerzo debe ser protegido mediante prácticas de verificación más rigurosas y basadas en tecnologías modernas, que superen las deficiencias actuales en la autenticidad de insumos agroquímicos.
Fomentando la confianza en la agricultura
Las etiquetas de seguridad de SICPA generan confianza en los agricultores, incentivando el uso de fertilizantes verificables. Además, algunas marcas utilizan los códigos de SICPA para actividades promocionales, aumentando así la visibilidad y preferencia por productos seguros.