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Implantar sistemas de cultivo innovadores, integrados y respetuosos con el medio ambiente para mejorar la resiliencia de la fruticultura mediterránea al cambio climático, es el objetivo del proyecto internacional "BIOMEnext. Modelización de sistemas agrarios mediterráneos integrados de próxima generación basados en la biodiversidad", en el que participa la Unidad de Excelencia de Producción Agrícola y Medio Ambiente AGRIENVIRONMENT (Instituto de Investigación en Agrobiotecnología, CIALE, de la Universidad de Salamanca).
Sistemas agrarios para el futuro
Este proyecto se centra en el olivo, el cultivo más típico del Mediterráneo, que puede servir como modelo para otros. La idea es diseñar olivares para el futuro, teniendo en cuenta que los escenarios de cambio climático predicen un aumento de las temperaturas y cambios en los patrones de precipitación, lo que provocará una mayor tasa de evaporación y una menor disponibilidad de agua en el suelo, así como un aumento de su salinidad.
Por eso, esta iniciativa explora genotipos tradicionales que muestran rasgos de resiliencia, desarrolla nuevos consorcios de microorganismos capaces de aumentar la tolerancia al estrés e introduce nuevas prácticas con el objetivo de reducir los insumos externos y los efectos negativos sobre el medio ambiente. Los nuevos modelos de olivares propuestos tendrán como objetivo mantener altos niveles cuantitativos y cualitativos de producción, incluso en contextos ambientales difíciles, pero de manera que el cultivo sea sostenible, según la información recogida por DiCYT.
Por una parte, los científicos pretenden aprovechar variedades tradicionales, como los acebuches (olivo silvestre) y nuevos genotipos mejorados, para rediseñar olivares respetuosos con el medio ambiente. Para ello, pretenden explorar variedades locales y poblaciones naturales de olivos que crecen en ambientes extremos para evaluar su tolerancia al estrés hídrico y salino desde el punto de vista genético.
Bacterias y hongos
Por otra parte, los investigadores tratarán de desarrollar nuevos consorcios microbianos, es decir, bacterias y hongos que puedan incrementar la resiliencia del olivo a los estreses ambientales e incluso mejorar su producción. Este es el ámbito en el que trabaja la unidad AGRIENVIRONMENT de la Universidad de Salamanca, con la investigadora del Grupo de Interacciones Microbianas Paula García Fraile al frente. Los estudios metagenómicos de variedades tradicionales tendrán como objetivo seleccionar los mejores promotores del crecimiento vegetal y su resistencia frente a condiciones adversas.
Este proyecto forma parte del Programa PRIMA (Partnership on Research and Innovation in the Mediterranean Area), una iniciativa europea en investigación e innovación en el área mediterránea que surge para desarrollar las soluciones necesarias para una gestión más sostenible de los sistemas de agua, agricultura y cadena agroalimentaria. Coordinado por la Universidad de Perugia (Italia), cuenta con otros socios de Italia, Francia, Líbano, Marruecos y Túnez. Por parte de España, además de la Universidad de Salamanca, participa la Estación Experimental del Zaidín, del CSIC, con sede en Granada.