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Un nuevo estudio realizado por equipos de investigación del CIBER ha puesto de manifiesto que la adherencia a la dieta mediterránea (MDiet) podría tener un rol protector frente a la progresión de la aterosclerosis subclínica (SAD), una afección que se desarrolla silenciosamente antes de dar lugar a enfermedades cardiovasculares graves. Este hallazgo se extrae del análisis realizado en la cohorte de participantes del proyecto El Bus de la Salud (ILERVAS), un estudio prospectivo realizado por los centros CERCA: el Instituto de Investigación Biomédica de Lleida (IRBLleida) y el Instituto de Investigación Sant Pau. La investigación ha sido publicada recientemente en la prestigiosa revista Nutrients.
¿Qué es la aterosclerosis subclínica y cómo influye la Dieta Mediterránea?
La aterosclerosis subclínica (SAD) es un proceso de acumulación de placas de grasa en las arterias que ocurre de manera silenciosa, sin síntomas evidentes, pero que puede evolucionar hacia enfermedades cardiovasculares graves. Con el fin de entender mejor cómo influye la dieta en este proceso, el estudio se centró en cómo la adherencia a la dieta mediterránea y el nivel de actividad física pueden afectar la progresión de la SAD en una población mediterránea.
Metodología del estudio: cohorte ILERVAS
El estudio prospectivo analizó a 3.097 participantes de la cohorte ILERVAS, con el objetivo de evaluar el impacto del estilo de vida en la progresión de la aterosclerosis. Se utilizó la puntuación MEDAS para medir la adherencia a la dieta mediterránea y el IPAQ para evaluar los niveles de actividad física de los participantes. Además, se realizaron exámenes ecográficos carotídeos y femorales para detectar la presencia de placas ateroscleróticas, mientras que se recolectaron datos clínicos, demográficos y bioquímicos para ajustar los resultados por posibles factores de confusión.
Resultados del estudio: beneficios de la Dieta Mediterránea
Los resultados obtenidos del análisis multivariado mostraron que una mayor adherencia a la dieta mediterránea (MDiet) se asoció con una disminución del 3% en el número de territorios con placa aterosclerótica. Esta asociación sugiere un efecto protector de la dieta mediterránea frente a la progresión de la SAD. Sin embargo, no se observó una asociación significativa entre los niveles de actividad física y la progresión de la enfermedad, lo que sugiere que la relación entre la actividad física y la progresión de la aterosclerosis podría ser más compleja de lo que se pensaba inicialmente.
Factores de riesgo asociados a la progresión de la aterosclerosis subclínica
El estudio también identificó varios factores de riesgo que influyen en la progresión de la SAD. Entre ellos se encuentran la edad avanzada, la hipertensión, la dislipidemia, el tabaquismo y una menor tasa de filtración glomerular estimada (TFG). Además, el sexo femenino se asoció con un efecto protector frente a la progresión de la enfermedad, lo que coincide con otros estudios previos que sugieren diferencias de género en la salud cardiovascular.
La Dieta Mediterránea como estrategia de prevención
Este estudio subraya la importancia de la adherencia a la dieta mediterránea como un factor clave en la prevención de la progresión de la aterosclerosis subclínica, lo que podría tener implicaciones en las estrategias de prevención cardiovascular. Aunque la actividad física no mostró un impacto significativo en la progresión de la SAD, la promoción de la dieta mediterránea, junto con el control de los factores de riesgo tradicionales (hipertensión, colesterol, tabaquismo, etc.), podría ser una intervención eficaz a nivel de salud pública para prevenir la aterosclerosis y reducir la carga de enfermedades cardiovasculares.
Implicaciones para la salud pública
Los hallazgos de este estudio son fundamentales para diseñar futuras estrategias de prevención cardiovascular. La investigación resalta la importancia de integrar cambios en el estilo de vida (con un énfasis particular en la dieta) en los esfuerzos de salud pública para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. La dieta mediterránea, ampliamente reconocida por sus beneficios para la salud, podría jugar un papel crucial en la prevención de enfermedades ateroscleróticas en la población mediterránea.