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Durante el mes de junio, el olivar atraviesa un período crucial conocido como la "caída de San Juan", un proceso fisiológico en el que la planta selecciona y elimina los frutos que no puede desarrollar, preparando así el terreno para la cosecha.
La caída de San Juan: selección natural del olivar
En este mes, el olivo evalúa y elimina parte de los frutos cuajados que no puede sustentar, un proceso que se extiende hasta finales de junio o principios de julio. Aunque las previsiones de fertilidad y fruto cuajado eran optimistas, este período de selección ofrece una primera aproximación a la cosecha real.
Desarrollo del fruto y formación del hueso
El fruto recién cuajado comienza a ganar tamaño, culminando este crecimiento con la formación del hueso, un momento clave en el ciclo del cultivo. Al finalizar esta fase, se inicia la parada vegetativa estival. En la Comarca de Cazorla, la estimación de cosecha se realiza generalmente entre el 15 y el 25 de julio, cuando se puede contar el número de frutos por brote.
Condiciones climáticas y disponibilidad de agua: factores clave
Para que el cuajado sea óptimo y la caída de San Juan sea mínima, es fundamental que las condiciones climáticas no sean extremas y que la planta tenga suficiente agua. Estos factores influyen directamente en las reservas nutricionales del olivo, permitiendo un mayor desarrollo de los frutos.
Muda de la hoja: renovación natural
Durante junio, el olivo también experimenta la muda de la hoja, deshaciéndose de las hojas dañadas o inútiles. Este proceso ayuda a la planta a conservar humedad, reduciendo la pérdida de agua a través de la transpiración foliar.
En esta época, es crucial monitorear la tercera generación del prays, una polilla cuya larva se alimenta del fruto recién cuajado. La incidencia del prays puede variar según la zona y las condiciones climáticas. Este año, en algunas áreas de la Comarca de Cazorla, su impacto ha sido mínimo, mientras que en otras ha alcanzado hasta el 25% de afectación del fruto.
Recta final para la fertilización foliar
Con la parada vegetativa de verano aproximándose, es importante que los agricultores optimicen la fertilización foliar antes de que los estomas de la hoja se cierren, lo que dificultaría la absorción de nutrientes.