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El uso de la biomasa agrícola y forestal es una realidad en nuestro país. Cada vez, se instalan más plantas de uso de subproductos del olivar como generadoras de energía. Magnon es un claro ejemplo de ello, en 2021 generó la energía renovable suficiente para cubrir las necesidades eléctricas de más de 1,2 millones de personas en España. Óleo entrevista a Juan Antonio Gómez Medina, gerente de las plantas de Enemansa y La Loma de Magnon Green Energy.
En 2003 pusisteis en marcha las dos plantas gemelas de biomasa de orujillo en Ciudad Real y en Jaén, ¿qué ha aportado a las dos zonas la presencia de estas plantas?
En estos casi 20 años, nuestras plantas de Enemansa (Ciudad Real) y La Loma (Jaén), han potenciado un gran desarrollo socioeconómico, creando empleo sostenible y de calidad. De hecho, estimamos que, cada una de ellas, genera alrededor de 400 empleos directos e indirectos en los entornos de las localidades donde se encuentran, que son Villarta de San Juan y Villanueva del Arzobispo, respectivamente.
Además de la vertebración del territorio, plantas con las características de las nuestras promueven la implantación de empresas especializadas en la zona, contribuyendo a evitar el fenómeno conocido como la “España Vaciada” en estas provincias.
Pero su aportación no es solo a nivel socioeconómico, sino también medioambiental: la generación de energía con biomasa se caracteriza por ser un claro ejemplo de economía circular, dándole una nueva vida, en este caso, a un subproducto del aceite de oliva como es el orujillo, evitando así riesgos medioambientales en los campos y ayudando a la descarbonización del sistema eléctrico con una energía renovable y gestionable.
¿Habéis tenido problemas de almacenamiento en alguna de las campañas por la entrada de orujillo a un ritmo elevado? Si ha sido así, ¿cómo se ha gestionado dicho volumen? ¿Qué protocolos han llevado a cabo para reducir su impacto en el proceso de transformación?
En Magnon, disponemos de protocolos de seguridad muy estrictos para gestionar el correcto almacenamiento de la biomasa, estableciendo una cantidad máxima de la misma almacenada en el parque, siempre en forma de pilas, y marcando pasillos de seguridad en este.
Por otro lado, hemos instalado en todas las plantas de Magnon cámaras termográficas que nos permiten la detección temprana de posibles conatos en las pilas de orujillo, aunque el riesgo de incendios en este tipo de biomasa es muy pequeño.
¿La transformación es solo de orujillo o admite otro tipo de subproducto del olivar? ¿Existe diferencia en sus tratamientos de transformación?
La Loma consume un 100% de orujillo, por lo que no es posible introducir otro tipo de biomasa que no sea fácilmente molturable. Sin embargo, la caldera de Enemansa sí permite introducir un pequeño porcentaje (máximo un 10%) de biomasa forestal, por lo que en la planta de Ciudad Real, desde 2014, sí que utilizamos otras partes del olivo, como los restos de poda o las hojas, para producir energía. Ambas plantas tienen tecnología de combustión con caldera de quemadores ciclónicos, lo que obliga a que la biomasa se introduzca “pulverizada”, es decir, con un tamaño máximo de partícula inferior a 1 mm.
Puede leer la entrevista completa en el número Óleo 189.