Revista
Oleo Digital.- Las consultas realizadas por el sector olivarero en Andalucía a los investigadores del IFAPA en relación con la Protección del Cultivo, manifiestan una gravedad creciente de los ataques de Verticilosis, especialmente en las nuevas plantaciones establecidas con sistemas de cultivo intensivo en regadío, pero afectando también de forma severa a plantaciones con olivos centenarios. Además, la preocupación de las comunidades de regantes en Andalucía, generada por el efecto devastador de la Verticilosis del Olivo (VO) en olivares de regadío, ha merecido igualmente la consideración del IFAPA.
Ante esta problemática, en el Centro IFAPA Alameda del Obispo se vienen realizando investigaciones en relación a la influencia del agua de riego en las epidemias de VO, financiadas en el marco del proyecto CAOD.03-3 a partir del año 2003 y del proyecto INIA RTA2006-00012-00-00 desde el año 2006.
Según éstas, el riego es considerado un factor de riesgo por agravar las epidemias de Verticilosis al poder actuar como vehículo de dispersión de variantes patogénicas de Verticillium dahliae entre otros factores. Por ello, en el Centro IFAPA Alameda del Obispo se realizó un seguimiento temporal de la presencia de V. dahliae en el agua de riego de 33 campos de olivar regados con agua subterránea de pozo o agua superficial embalsada de origen en el río Guadalquivir. Los campos estuvieron localizados en las provincias de Jaén y Sevilla en los años 2004 (5 y 18 campos, respectivamente) y 2005 (7 y 14 campos, respectivamente), siendo 11 de los campos comunes en ambos años de muestreo.
En el año 2004 se analizaron un total de 120 muestras de 0,5 l de agua, recogidas desde marzo hasta julio; de ninguna de ellas se aisló V. dahliae, debido posiblemente al pequeño volumen de agua analizada. El análisis de 80 muestras de 1000 l de agua de riego recolectadas desde febrero hasta abril del año 2005 puso de manifiesto la presencia de propágalos de V. dahliae en el agua prospectada en ambas provincias en todos los periodos de muestreo considerados. El patógeno infestó el agua de riego del 85,7% de los campos prospectados en cada provincia, siendo aislado tanto del agua de los pozos como del agua embalsada de origen en el río Guadalquivir.
Por todo ello, desde el IFAPA se recomienda precaución hasta que se demuestre que las poblaciones del hongo que infestan el agua de riego de olivar poseen capacidad para causar enfermedad en éste u otros cultivos huéspedes. Es importante, en cualquier caso, que el agricultor sea consciente de que debe utilizar todas las medidas preventivas posibles para evitar la infestación del agua de riego tales como: mantener los pozos y balsas de almacenamiento tapados el máximo tiempo posible para evitar la llegada de partículas de polvo, principalmente cuando dichos pozos y balsas estén situados en un lugar transitado frecuentemente por vehículos o con movimiento de suelo; procurar una limpieza exhaustiva de la balsa con productos desinfestantes tras un periodo de desuso; mantener el agua limpia de restos vegetales; y, evitar introducir en el agua todo tipo de utensilios (cubos, gomas, etc.., incluidas las botas de los operarios) que contengan suelo o restos de plantas, o en su caso desinfestarlos antes de usarlos.