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Un equipo de la UCO ha obtenido un compost sostenible a nivel económico y ambiental a partir de una combinación de estiércol de pollo, residuos del olivar y paja de cereal. El abono se ha generado combinando grandes cantidades de gallinaza, un residuo de la industria avícola, junto a subproductos del olivo y del cereal. Del olivo se han empleado alperujo y restos de poda del olivar.
El compost orgánico se ha obtenido a través del proceso de co-compostaje: degradación controlada de residuos orgánicos mezclando residuos orgánicos sólidos. La evaluación del proceso se ha realizado en la planta de compostaje Coto Bajo de Córdoba, obteniendo resultados positivos en términos de calidad y estabilidad. Uno de los apartados más innovadores del estudio ha sido la posibilidad de evitar los malos olores desprendidos por el fertilizante gracias a un tratamiento fermentativo de la mezcla previo al proceso de co-compostaje que facilitó la descomposición de la materia orgánica y minimizó las emisiones olorosas. La combinación de ambos tratamientos (fermentativo y co-compostaje) ha permitido obtener un producto final higienizado, estable y de calidad con el consiguiente beneficio ambiental y económico que se deriva de la valorización de residuos.
El equipo de investigación multidisciplinar de la Universidad de Córdoba ha sido liderado por la investigadora del grupo de Ingeniería Química Mª Ángeles Martín e integrado por investigadores de ese grupo y con la participación del investigador Adolfo Peña Acevedo del grupo de Hidrología e Hidráulica Agrícola.