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Xylella fastidiosa es el agente causal de importantes enfermedades de los cultivos y es transmitida por insectos que se alimentan de la savia del xilema. La bacteria coloniza los vasos del xilema y puede persistir con un estilo de vida comensal o patógeno en más de 500 especies de plantas. En la última década, los informes de X. fastidiosa en todo el mundo han aumentado drásticamente su presencia conocida.
Esto plantea preguntas importantes: ¿Cómo interactúa X. fastidiosa con las diferentes plantas huésped? ¿Cómo interactúa la bacteria con el sistema inmunológico de la planta? ¿Cómo influye en el microbioma del huésped? Un equipo de investigación liderado por científicos del Instituto de Agricultura Sostenible del CSIC, el Instituto para la Protección Sostenible de las Plantas (IPSP, Italia) y el Biocentro LMU de Munich (Alemania) proponen el análisis genético de una bacteria patógena del olivar para combatir sus efectos. La tipificación genética de cepas recientes y los análisis de transcriptoma y microbioma de plantas, han avanzado la comprensión de los factores que son importantes para la infección de plantas con X fastidiosa.
Este microorganismo, Xylella fastidiosa, también afecta a otras especies de interés agrícola en Europa como el almendro y la viña, provocando que se sequen y mueran. Los investigadores apuntan que analizar el genoma de esta bacteria podría ayudar a predecir qué cultivos serán susceptibles a sus efectos adversos, como se señala en el estudio publicado en la revista New Phytologist, bajo el título “Xylella fastidiosa’s relationships: the bacterium, the host plants, and the plant microbiome”.
El estudio concluye que la Xylella fastidiosa es un patógeno condicional, lo que sugiere que la bacteria puede evolucionar hacia interacciones neutrales con sus plantas huésped. Un impedimento importante para la tipificación de cepas de X. fastidiosa desde una perspectiva evolutiva es la falta de datos del genoma de aislados de campo muestreados al azar de plantas sintomáticas y asintomáticas. Esto incluye un sesgo en las muestras hacia aislamientos de cultivos susceptibles y un enfoque en cepas virulentas que muy probablemente no capturan la diversidad global de genotipos. Sin embargo, el conocimiento de los genes que determinan la variedad/especificidad del huésped (es decir, los genes de virulencia y su modo de acción) permitiría predecir qué especies de huéspedes pueden ser susceptibles en una nueva región tras la introducción de una cepa particular de X. fastidiosa.